El consejero de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Rodrigo Sánchez Haro, ha valorado el proyecto de fusión llevado a cabo por la cooperativa oleícola Ciudad de Jaén, que nace como resultado de la unión de las entidades San Juan y Virgen de la Capilla, las dos cooperativas oleícolas de la capital. Para el consejero, constituye un ejemplo que debe servir al sector para seguir creciendo, conseguir una dimensión apropiada para obtener mayor valor añadido a través de la internacionalización de sus empresas.
Durante su intervención en Jaén en la presentación de esta nueva entidad, Sánchez Haro ha recordado que desde la Junta de Andalucía «apoyamos el paso al frente de muchas cooperativas, con un presupuesto exclusivamente autonómico de más de siete millones de euros en dos convocatorias, para la fusión e integración de empresas». «Somos conscientes de la importancia del sector agroalimentario andaluz y el papel relevante de las entidades asociativas agroalimentarias».
El valor de la producción del olivar, ha destacado Sánchez Haro, «contribuye a crear riqueza en Andalucía con más de 3.800 millones de euros en 2017, situándose en torno al 30% de la producción total agraria de nuestra región». «El olivar es un sector dinámico y emprendedor que exporta por más de 2.900 millones de euros ganando mercados, por delante de nuestros competidores, y colocándonos como líderes en Estados Unidos, China, Taiwán, Japón, Francia, Reino Unido, Bélgica, Holanda o la India». Según el consejero, «este potencial hay que seguir explotándolo y una manera de sacarle un mayor partido es a través de la unión para ganar dimensión empresarial».
Asimismo, ha recordado el compromiso del Gobierno andaluz para que la futura Política Agrícola Común (PAC) sea lo más beneficiosa posible para un cultivo como el olivar, «estratégico para nuestra tierra». En este sentido, ha resaltado que el gran desafío de la PAC es contribuir a conseguir una «Andalucía mucho más habitada, más viva, evitando la concentración en grandes urbes y la despoblación de grandes zonas rurales, gracias en gran medida, a las pequeñas y medianas explotaciones agrarias».
Por ello, para el consejero, «la PAC es esencial que se centre en estas explotaciones, y que esté bien repartida, aplicando límites máximos (capping) y porcentajes de reducción en los tramos altos (degresividad). No puede ser que cada año en Andalucía 3.000 beneficiarios cobren 280 millones de euros, mientras 170.000 cobran 274 millones».
Además, según Sánchez Haro, «las ayudas deben centrase en las personas que ejerzan la actividad agraria, por eso defendemos la figura del agricultor pluriactivo, y el papel de las mujeres y de los jóvenes en el sector agrario». «Por todas estas razones, hemos aunando esfuerzos en un frente común para defender una PAC más fuerte y más justa, a través de una declaración institucional andaluza con el apoyo de todas las Organizaciones Profesionales Agrarias y las Cooperativas».