La Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural abre hoy el plazo para solicitar las ayudas dirigidas a compensar los gastos extraordinarios que han tenido que enfrentar los ganaderos afectados por las medidas encaminadas a controlar los brotes de Viruela Ovina y Caprina (VOC) registrados en las comarcas granadinas de Baza (Altiplanicie Sur) y Huéscar (Altiplanicie Norte) y en las zonas almerienses del Alto Almanzora y Hoya-Altiplanicie. La dotación económica de esta línea de subvenciones asciende a 1,3 millones de euros financiados con cargo al presupuesto de la Junta de Andalucía.
Como ha publicado el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA), podrán recibir estas ayudas los ganaderos que, por orden de los Servicios Veterinarios Oficiales del Gobierno andaluz, han tenido que confinar a sus animales para evitar el posible contagio de la enfermedad a explotaciones de comarcas y provincias limítrofes. Asimismo, también podrán solicitarlas quienes se hayan visto obligados a destruir estiércol y pienso almacenado en el marco de las actuaciones de limpieza y desinfección ordenadas por estos mismos profesionales de la Junta. Las subvenciones se calculan, por un lado, en base al número de cabezas y días de inmovilización (0,60 euros por animal al día); y por otro lado, según el volumen del estiércol (10 euros por metro cúbico) o pienso (0,43 euros por kilo) que se ha destruido.
El director general de la Producción Agrícola y Ganadera, Manuel Gómez, y la delegada de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de Granada, Celia Santiago, se han reunido hoy en la Oficina Comarcal Agraria (OCA) de Baza con representantes de las entidades habilitadas para tramitar estas ayudas con el fin de presentarles la Orden que recoge los detalles de las subvenciones.
Manuel Gómez ha explicado que “cerca de 200 ganaderos de ovino y caprino de Andalucía se podrán poder beneficiar de estas ayudas que persiguen compensar el esfuerzo que han realizado para mantener a sus animales inmovilizados y para eliminar el estiércol y el pienso de sus explotaciones como se les indicó desde los Servicios Veterinarios Oficiales de la Junta”. “Durante semanas, estos ganaderos no han podido salir a pastorear y han tenido que alimentar a sus ovejas y cabras con pienso, enfrentando así unos gastos que no tenían previstos y que, en algunos casos, han complicado alcanzar la rentabilidad de las explotaciones”, ha comentado.
El director general ha aprovechado la reunión para “dar las gracias a los ganaderos, a los veterinarios de las Agrupaciones de Defensa Sanitaria Ganadera (ADSG), a los técnicos de la Consejería y de las delegaciones de Granada y Almería y al personal de las Oficinas Comarcales Agrarias de Baza, Huéscar y Alto Almanzora por el gran esfuerzo que han realizado para controlar una enfermedad grave como la Viruela Ovina y Caprina, desaparecida en España desde el año 1.968 pero que ahora, desgraciadamente, ha vuelto registrarse en este territorio”.
Respecto al trabajo realizado desde la Consejería, Manuel Gómez ha puesto en valor “la importante simplificación administrativa que se ha implementado en la tramitación de estas ayudas con el fin de agilizar el proceso al máximo posible”. A modo de ejemplo, el director general ha explicado que los ganaderos puedan realizar el trámite directamente o a través de las entidades habilitadas y que, mediante el uso del certificado digital o con la inscripción del CIF, “el formulario se autorrellena con los datos del ganadero y, de forma automática, se calcula el importe que le corresponde recibir a cada solicitante”.
Medidas para controlar la VOC
Desde la detección del primer foco de Viruela Ovina Caprina en Andalucía, la Consejería de Agricultura puso en marcha las actuaciones necesarias para controlar y erradicar la enfermedad en el menor tiempo posible. Además de las medidas relativas al sacrificio de animales, la eliminación de cadáveres y la limpieza y desinfección de las explotaciones, también se establecieron zonas de protección (tres kilómetros) y de vigilancia (diez kilómetros) en el entorno de las fincas afectadas por la enfermedad.
En estas áreas se reforzaron las medidas de bioseguridad y, entre otras limitaciones, se establecieron restricciones al movimiento del ganado que impedían el aprovechamiento de los pastos. Por esta razón, los ganaderos se han visto abocados a la compra de pienso suplementario que, junto a otros efectos de la inmovilización del ganado, ha conllevado gastos extraordinarios para los que no estaban preparados.
La VOC es una enfermedad vírica infecciosa que, además de graves repercusiones en los animales, también puede afectar considerablemente a la rentabilidad de las explotaciones ganaderas al perturbar los desplazamientos de la cabaña y de sus productos dentro y fuera de la Unión Europea.
Por esta razón, desde la Consejería se ha mandado un mensaje de prudencia a los ganaderos de las zonas que han registrado brotes y se les ha solicitado que mantengan las recomendaciones de los Servicios Veterinarios Oficiales de la Junta encaminadas a evitar algún rebrote.