La leche es una bebida que representa una parte esencial de nuestra dieta. La consumimos a diario: en el desayuno con el café de por la mañana, en la comida, en forma de nata de cocina o de yogurt y en la cena, en forma de queso. Resulta impensable para mucha gente la sola idea de vivir sin leche.
De este modo, al ser un alimento tan importante, debemos de empezar a ser más conscientes de la importancia que tiene el consumir una leche de buena calidad, puesto que nos nutrimos de ella diariamente. En este artículo vamos a descubrir qué hace especial a una leche.
¿Qué le da calidad a la leche?
Para que una leche sea de calidad es importante que sea sometida a una serie de procesos de tratamiento y desinfección, eso es innegable. Sin embargo, eso sólo es una parte del todo.
La fuente de la leche procede de los animales, como las cabras o, principalmente, las vacas. Las condiciones de salubridad e higiene a la que se sometan estos animales será más significativa a la hora producir leche de calidad que todos los procesos a los que sometamos esa leche.
Eso implica una serie de procesos, como no hacinar a estos animales, darles una alimentación natural, producir unas condiciones de gran comodidad para estos animales y evitar que se vean estresados.
Pero hay otro factor que afecta mucho a la calidad de la leche, y que rara vez nos paramos a pensar:
¿Cómo afectan los medicamentos a los animales?
Ante todo, debemos evitar demonizar a los medicamentos que se administran en animales de cría. Estos son muy importantes, puesto que garantizan la salud de estos animales, evitándoles muchas dolencias e infecciones que corren el riesgo de contraer.
Entonces, la respuesta a esta pregunta sería que sí, pero no debemos olvidar que las centrales lecheras, además de con animales, trabajan con personas.
Existe una muy rigurosa normativa europea que regula los medicamentos y la forma correcta de administrarlos a los animales productores de alimentos, todo en pos de la protección de la salud de nosotros, los consumidores.
A veces suelen quedar residuos de los medicamentos administrados a estos animales en sus organismos, los cuales serán metabolizados y transmitidos en los alimentos que produzcan, como leche, huevos o su propia carne, los cuales consumiremos los humanos.
Esos residuos suelen permanecer en cantidades muy bajas, sino nulas (según las encontramos en diversas muestras de orina, heces o leche), especialmente si se han aplicado estos medicamentos correctamente.
Así, consumirlas no tiene consecuencias de toxicidad en los seres humanos. El problema está en el hecho de que pueden dar efectos acumulativos en el tiempo, porque esos residuos mínimos se quedan almacenados en el organismo humano durante mucho tiempo y generando, a la larga, efectos teratógenos, mutágenos o carcinogénitos.
¿Cómo evitar esta intoxicación?
Antes de entrar en pánico reflexionando sobre la procedencia de los alimentos que consumes, debes saber que la Unión Europea tiene una rigurosa legislación en lo que respecta a la industria alimentaria.
Así, la UE sólo permite aquellos medicamentos que, de manera oficial, hayan sido aprobados por la Agencia Europea de Medicamentos (AEME). Por otro lado, establece el llamado Límite Máximo de Residuos (LMR) sobre los animales productores de alimentos.
Se trata de una cantidad máxima de sustancia farmacológica que puede haber en los tejidos de un animal, para que sus alimentos resulten inocuos. Ningún producto que la sobrepase podrá ser comercializado.
Igualmente, se establece una evaluación de riesgo obligatoria por ley para estos animales, así como unos periodos de espera o supresión, que marcan los tiempos de espera obligatorios entre la última administración de medicamento y la obtención de alimento del animal.
Estos niveles óptimos de LMR y todos los procedimientos que deben respetarse están vigentes en el REGLAMENTO DE LA UE 2018/832.
¿Cómo garantizar estas buenas prácticas en los alimentos que consumo?
De un lado, todos los ganaderos están comprometidos al cumplimiento de toda esta normativa, buscando crear unas condiciones favorables en la producción alimenticia de nuestro país.
Es por eso que muchos ya confían en consultoras especializadas en la nutrición del vacuno lechero. Un ejemplo de una consultora de este tipo es Dellait.com, con una gran experiencia en el sector de nutrición y salud animal.
Pero si buscamos más seguridades, debemos de informarnos acerca de si en los procesos de cría y producción de alimentos intervienen veterinarios u otro tipo de figuras que respeten los procesos pertinentes y administren los medicamentos con fines únicamente terapéuticos, sin buscar la aceleración de este proceso.