La presidenta de la Junta, Susana Díaz, ha apostado por blindar, en el próximo marco comunitario 2021-2027, los 1.700 millones de euros anuales de ayudas de la Política Agrícola Común (PAC) que en la actualidad reciben 240.000 agricultores y ganaderos andaluces y que “ayudan en nuestro PIB y en nuestra creación de riqueza y de empleo”.
Susana Díaz ha presidido en San Telmo la firma de una declaración institucional respaldada por todas las organizaciones agrarias representativas (Asaja, COAG y UPA) y por la Federación de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, en la que se fija de manera unitaria la posición de todo el sector andaluz ante la Política Agrícola Común (PAC) post 2020, que se aplicará entre 2021 y 2027 pero cuya negociación ya está en marcha.
En su intervención tras la firma de este documento, la presidenta ha valorado que “Andalucía tiene que estar unida en la defensa de nuestros productores, nuestros agricultores y nuestros ganaderos para no repetir lo que sucedió en el último marco”, cuando la comunidad sufrió una pérdida de fondos.
Díaz ha denunciado que la Unión Europea haya convertido la PAC en una “política en regresión”, a pesar de la contribución que ha tenido a la hora de fijar la población al territorio -como lo demuestra el dato de que el 85% de los perceptores de ayudas vivan a menos de 20 kilómetros de las explotaciones- y a pesar también de que en Andalucía el sector “ha respondido y con creces” a las exigencias comunitarias, modernizando explotaciones, innovando y ganando tamaño y mercados.
La presidenta ha enfatizado que el sector agroalimentario andaluz representa la cuarta parte de la producción agrícola de España y el 30% del valor añadido. Asimismo, el 8% del PIB y el 10% del empleo de Andalucía proceden de este sector.
Susana Díaz ha hecho hincapié en la necesidad de acometer el relevo generacional y facilitar la incorporación de las mujeres en el sector agroalimentario, algo que es incompatible con la propuesta de la UE de reducir unas ayudas que han contribuido a cohesionar “social y territorialmente” Andalucía.
“Somos la despensa de España y parte de la despensa de Europa, pero una despensa moderna que sabe retener el valor añadido para que la gente viva mejor”, ha apuntado Díaz, que ha defendido también la necesidad de “salarios dignos” en el campo.
Aceituna de mesa
La presidenta ha señalado también la necesidad de que el acuerdo comercial suscrito entre el presidente de la CE, Jean-Claude Juncker, y el presidente de EEUU, Donald Trump, “se haga extensivo a la aceituna de mesa”, que se ha visto afectada por los aranceles impuestos por la administración estadounidense.
Además, Susana Díaz ha reclamado “firmeza” al Gobierno de España en la defensa de los intereses de Andalucía en la reforma de la PAC, porque “no queremos que pase lo que pasó con el anterior reparto”.
La declaración institucional suscrita por la Junta y las organizaciones agrarias representa “un paso adelante para tener una posición de fortaleza” en esta negociación, según Díaz.
El documento establece las claves de la PAC que Andalucía defiende y necesita para garantizar el desarrollo de la actividad agraria y el mantenimiento del medio rural.
En el acto de firma, celebrado en el Palacio de San Telmo, ha estado presente el consejero de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Rodrigo Sánchez Haro, así como los máximos responsables regionales de Asaja (Ricardo Serra), COAG (Miguel López), UPA (Miguel Cobos) y la Federación de Cooperativas Agroalimentarias de Andalucía (Juan Rafael Leal), que han rubricado un texto en el que se recuerda que “la aplicación de la PAC en Andalucía ha permitido mantener a la población ligada al territorio”.
Un presupuesto suficiente para una PAC fuerte
Asimismo, la declaración lamenta que, pese a su importancia, la reciente publicación de la propuesta de marco financiero comunitario “ha puesto de manifiesto que la PAC es para Europa una política en regresión, donde se disminuye el presupuesto, pero paralelamente se suben las exigencias que los agricultores y ganaderos tienen que cumplir para poder acceder a la misma”.
La declaración institucional defiende como prioridad contar con “un presupuesto suficiente para una PAC fuerte”, sentido en el que se rechaza el recorte del 16% en precios constantes (teniendo en cuenta la inflación) que plantea la Comisión Europea. “Este mantenimiento del presupuesto debe reflejarse luego, a su vez, en el ámbito nacional, impidiendo trasvases de fondos entre territorios y dotando de estabilidad y certidumbre a los agricultores, ganaderos e industrias agroalimentarias andaluzas”, añade.
Asimismo, se reclama una simplificación de la Política Agrícola Común, que “debe tener una especial atención a las pequeñas explotaciones, guardando un equilibrio entre la cantidad percibida y las condiciones exigidas”. Junto a ello, se apuesta por “el mantenimiento del nivel de renta del sector agrario, y para ello son indispensables las ayudas directas del primer pilar” y los pagos asociados para los sectores agrícolas y ganaderos más vulnerables y de importancia social, económica y medioambiental, además del mantenimiento de las políticas de apoyo a los Programas Operativos de las Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas (OPFH).
En cuanto a las ayudas directas, “deben destinarse a quienes realizan actividad agraria y cumplen con los objetivos de la PAC, tanto a la agricultura profesional como a los agricultores pluriactivos, ya que ambos juegan un papel fundamental en el mantenimiento del mundo rural”. También se insta a establecer medidas de apoyo para impulsar como prioridades tanto el relevo generacional como la participación de las mujeres en la actividad agraria.
Además, debe “contribuir a un sistema agroalimentario inteligente, innovador, a facilitar su digitalización, la incorporación de nuevas tecnologías y a mejorar la formación y el asesoramiento de agricultores y ganaderos”. A esto habría que sumar medidas de apoyo a la modernización, la incorporación de energías renovables y la transformación en regadío de zonas donde existan recursos suficientes, sentido en el que se resalta que “la eficiente gestión del agua que se realiza en regiones como Andalucía es fruto de un esfuerzo inversor constante y de la concienciación de nuestros agricultores y ganaderos”.
El documento recoge también que la normativa de regulación de las prácticas comerciales desleales “debería de ser de aplicación directa y obligatoria en toda la UE”, con una mejora además de los mecanismos de reserva de crisis. A esto se une, en otro sentido, que “el esfuerzo adicional en las regiones especialmente vulnerables al cambio climático, como Andalucía, debe ser compensado”, ya que la agricultura y la ganadería son algunas de las actividades más perjudicadas por los efectos adversos de este fenómeno, “pero a la vez forman parte de la solución al problema”. Por ello, se hace un llamamiento a que la futura PAC “incluya entre sus objetivos la lucha contra la desertificación y la erosión como uno de los problemas que afectan al sur de Europa”.
Por último, en la declaración se subraya que la Política Agrícola Común juega un papel fundamental para el mantenimiento de la población rural en el campo y la lucha contra el reto del despoblamiento. Para ello, “la creación y el mantenimiento del empleo agrario deben seguir siendo un elemento esencial en el diseño de la PAC” y es “imprescindible” el mantenimiento de la iniciativa Leader”, para así impulsar el desarrollo de un medio rural que “debe poseer un nivel de servicios públicos y privados que lo hagan atractivo para su población”.