El Ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, ha presentado hoy la Estrategia «Más alimento, menos desperdicio», que tiene como objetivo limitar las pérdidas y el desperdicio de alimentos.
En su intervención, Arias Cañete ha explicado las cinco grandes áreas de actuación en las que se basará el desarrollo de esta Estrategia impulsada por el Departamento. Una iniciativa, ha señalado el Ministro, destinada a «fomentar la transparencia, el diálogo y la coordinación entre los agentes de la cadena alimentaria y las Administraciones públicas y a desarrollar de forma coordinada, actuaciones que contribuyan a impulsar un cambio de actitudes, sistemas de trabajo y de gestión que permita limitar el desperdicio y reducir las presiones ambientales».
Arias Cañete ha reconocido que la Estrategia se enfrenta a un gran reto como es «lograr la participación de todos los sectores de la sociedad», involucrando en su elaboración y en su puesta en práctica a las Administraciones Públicas, empresas y operadores relacionados con la cadena alimentaria, así como asociaciones y la sociedad en su conjunto.
CINCO GRANDES ÁREAS DE ACTUACIÓN
Por ello, y para lograr la meta propuesta, el Ministro ha anunciado la puesta en marcha de cinco grandes áreas de actuación, definidas junto con el sector, que se centrarán en los ámbitos del conocimiento del problema, el establecimiento de buenas prácticas, su difusión y promoción, los aspectos normativos que pueden afectarle, la colaboración con otros agentes, y el fomento y desarrollo de nuevas tecnologías que ayuden a minimizar el problema.
1.- Realización de estudios:
El ministro ha subrayado cómo, en primer lugar, se va a tratar de «paliar las deficiencias relativas a información sobre la cantidad de desperdicio: dónde y cómo se produce, y las razones del mismo». Para ello, ha explicado que se seguirá trabajando con los agentes de la cadena alimentaría para la realización de estudios sobre las características y volúmenes de los alimentos desperdiciados, identificando las causas y tratando de conocer el comportamiento del consumidor en el hogar.
«Nos vamos a apoyar en la realización de jornadas técnicas, académicas y congresos y estableceremos un punto de recopilación y análisis de los datos, una antena de seguimiento, que realizará también comparaciones con los datos de otros países», ha añadido el Ministro. En este sentido, ha destacado la importancia de la colaboración con las organizaciones representativas del sector como FIAB (Federación de Industrias de la Alimentación y Bebidas), AECCOC (Asociación Española de Codificación Comercial), FEHR (Federación Española de Hostelería y Restauración), OPAS (Organizaciones Agrarias de Productores) y Cooperativas
2.- Elaboración de guías de buenas prácticas:
En segundo lugar, Miguel Arias Cañete ha apuntado la necesidad de contar con buenos procedimientos que indiquen las mejores prácticas a llevar a cabo. Esto supondrá la elaboración de guías de buenas prácticas que se difundirán entre los agricultores, empresas y operadores de la cadena, «promoviendo, en su caso, la adopción de medidas correctoras que faciliten la consecución de los objetivos de la estrategia».
Esas guías, ha indicado el Ministro, se unirán a las que se prepararán para profesionales de los establecimientos minoristas y las asociaciones de la distribución, y a las campañas informativas dirigidas a los consumidores y la restauración sobre las prácticas para la conservación de alimentos y la importancia de la reducción del desperdicio alimentario en los ámbitos privado y público.
Por otro lado, el ministro ha indicado que se va a crear un sitio Web abierto al debate público y a la promoción de la responsabilidad social ante este «importante problema». En esta actuación, ha añadido, «tendremos una especial dedicación a la educación y sensibilización en centros escolares».
3.- Revisión de aspectos normativos:
Como tercera actuación, Arias Cañete ha planteado la necesidad de analizar y revisar los aspectos normativos que pudieran tener impacto sobre el problema del desperdicio. Para ello, ha señalado que se trabajará en colaboración con los agentes de la cadena, «para identificar aquellas normas que pudieran representar una traba en la reducción, reutilización o valoración de los alimentos desechados, en particular en cuanto a los estándares de calidad referidos al aspecto exterior».
En este sentido, y en relación con las fechas de consumo preferente y de caducidad, el Ministro ha subrayado que «los criterios generales están armonizados en la Unión Europea y los Estados Miembros no podemos ir más allá». Así, y en relación con la norma de calidad del yogur, Arias Cañete ha recordado que el pasado viernes se publicó un Real Decreto que deroga, entre otras cuestiones, la especificidad exigida al etiquetado de este producto, en cuanto a la indicación de su fecha límite de venta.
«Así, y cumpliendo con las reglas horizontales de toda la UE, ha resaltado el Ministro, los operadores tienen ahora todas las herramientas en la mano para delimitar las fechas de consumo preferente o de caducidad, según corresponda, de sus productos».
4.- Cooperación con otros agentes:
Para conseguir estas metas, Arias Cañete ha destacado la necesidad de «fomentar la colaboración de todos». Esta cooperación con otros agentes constituye la base de la cuarta actuación de la Estrategia. Para ello se impulsará que las empresas, organizaciones y asociaciones de diferentes eslabones de la cadena alimenticia definan los aspectos a cumplir de forma voluntaria, para avanzar en la reducción del desperdicio de alimentos.
Dentro de este ámbito de actuación, el ministro ha expresado la importancia de impulsar que las empresas, organizaciones y asociaciones de diferentes eslabones de la cadena alimenticia «definan los aspectos que se comprometen a cumplir de forma voluntaria, para avanzar en la reducción del desperdicio de alimentos». En este sentido, Arias Cañete ha puesto el ejemplo del proyecto «La alimentación no tiene desperdicio, aprovéchala», impulsado por AECOC, «un decálogo con el que se comprometen a prevenir el desperdicio y optimizar el excedente de alimento», ha recalcado.
En este ámbito, el ministro ha incluido el impulso a los acuerdos con los bancos de alimentos «para maximizar la redistribución de los alimentos desechados», y el fomento de los canales cortos de comercialización, «para facilitar la aplicación de la normativa en pequeñas explotaciones, promoviendo las menciones de etiquetado facultativo y de calidad en producciones a pequeña escala y la promoción de los productos de proximidad y venta directa, así como guías específicas para este tipo de canales», ha explicado Arias Cañete.
Y junto a ello, el desarrollo y aplicación de auditorías en el seno de las empresas, con objeto de evaluar la eficiencia en la gestión de los desechos alimentarios y a identificar los puntos de mejora.
5.- Desarrollo de nuevas tecnologías:
Por último, y como quinta gran actuación, el Ministro ha planteado «algo tan prioritario como las nuevas tecnologías, que deben permitir ser más eficaces en la lucha contra el desperdicio». Esto significará la promoción de trabajos y proyectos para mejorar la eficiencia en el aprovechamiento de los productos y el impulso a líneas de ayudas para proyectos innovadores, estableciendo una comunidad de conocimiento y divulgación, y foros de debate.
«Para desarrollar estas actuaciones, ha planteado el Ministro, vamos a crear una Comisión de Seguimiento, integrada por la Administración y los principales actores implicados, cuya primera reunión se convocará esta misma semana». Esa Comisión, ha añadido Arias Cañete, deberá informar periódicamente del grado de ejecución de las actuaciones propuestas, las dificultades encontrad
as, los resultados conseguidos y las acciones correctoras que tengan que introducirse.
Junto a esta Comisión, se ha previsto también la creación de Grupos de Trabajo para establecer foros de debate centrados en las distintas áreas de trabajo.
Con estas bases, el Ministro ha explicado que la Estrategia «Más alimento, menos desperdicio» nace, como una gran plataforma integradora; «porque todos tenemos un compromiso con la sociedad, con los más necesitados, y también con el uso eficaz de los recursos y con el cuidado del medio ambiente». «Se trata, en definitiva, de un gran paso adelante en este compromiso, porque es necesario afianzar valores como la solidaridad y conceptos como la eficiencia, combinando buenas prácticas de consumo con innovación en los procesos», ha puntualizado Arias Cañete.
CUMPLIMIENTO DE UN DOBLE COMPROMISO
Tal como ha explicado el Ministro, la Estrategia «Más alimento, menos desperdicio», viene a dar cumplimiento al compromiso adoptado por Arias Cañete en sede parlamentaria y a los objetivos marcados por el Parlamento Europeo que conllevaba la solicitud a todos los Estados Miembros para elaborar un Plan de Acción contra el desperdicio de alimentos para 2013.
Esta pérdida de alimentos la relaciona el Parlamento Europeo con los malos hábitos de compra, consumo y gestión de los alimentos que, normalmente se puede evitar. El desperdicio se produce en todas las fases.
En la producción, como consecuencia de la no recolección por motivos económicos, las mermas en la calidad por fenómenos meteorológicos adversos o por un exceso de producción. En la gestión y almacenamiento, las pérdidas pueden deberse a la rotura de la cadena de frío o en el transporte, sin olvidar lo desechado por su apariencia.
En la transformación, por un tamaño o packaging poco adecuado, así como por los desechos propios de las operaciones industriales. En la fase de distribución, por el deterioro y problemas en la manipulación o, cadena de frío, así como por estrategias comerciales inadecuadas y la problemática ligada a las fechas de caducidad y consumo preferente.
Finalmente, en el consumo en hogares, por la gestión inadecuada de compra y consumo, o la confusión sobre las fechas, mientras que en la restauración las pérdidas se dan tanto en las cocinas, por dificultad de previsión de la demanda o la gestión ineficiente de la compra de alimentos, como en sala por cantidades grandes de las raciones o modelos de libre servicio, como los buffet.
La Comisión estima que en Europa se pierden o desperdician al año 89 millones de toneladas de alimentos, lo que significa 179 kilos por habitante. Es decir: cada año, entre un 30% y un 50% de los alimentos sanos y comestibles se convierte en residuos.
El mayor desperdicio se produce en los hogares, el 42%, y en los procesos de fabricación, un 39%. No obstante, en este segundo caso, las pérdidas son, en gran parte, inevitables, ya que son debidas a la obtención de subproductos que no forman parte del alimento final.
En este contexto, España es el sexto país que más comida desperdicia de Europa tras Alemania (10,3 Tm), Holanda (9,4 Tm) Francia (9 Tm) Polonia (8,9 Tm) e Italia (8,8 Tm)).
Frente a esta situación la Estrategia plantea las líneas de actuación para limitar las pérdidas y el desperdicio, reduciendo las presiones ambientales, e instrumentándose, tal como ha explicado el Ministro «no a través de una política intervencionista, sino mediante recomendaciones, acuerdos voluntarios y autorregulación, acompañándose, en algunos ámbitos, por iniciativas normativas dirigidas a mejorar la eficiencia de la cadena de suministros».
Una Estrategia ambiciosa, ha subrayado Arias Cañete, que dentro de tres años se someterá a una revisión intermedia para reenfocar lo que sea necesario con el objetivo de logar en 2020 el objetivo previsto de reducción del desperdicio y las pérdidas de alimentos.