La situación que acontece en el sector ganadero de Almería «es crítica», según valora Francisca Iglesias, secretaria general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos de Almería. Aunque es extensible a gran parte de los subsectores que configuran esta actividad, lo cierto es que la gran preocupación, en estos momentos, advierten desde UPA, se centra en el sector lácteo. El volumen de leche de vacuno en la provincia, «es prácticamente insignificante», asegura Iglesias. No obstante existe una importante cabaña de caprino dedicada a la producción láctea. Según los datos de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos «158.000 cabezas que generan 23 millones de litros al año», apunta Francisca Iglesias. La responsable de la organización, calculadora en mano, asegura que «a los productores no le salen las cuentas para que la explotación ganadera siga siendo rentable».
Y es que, «actualmente el precio del litro de leche de cabra se está pagando a 0,58 euros, dinero que no cubre el gasto que afronta el productor por cabeza, ya que el coste del pienso se ha disparado por la escasa oferta que hay en el mercado», explica Iglesias. Esta caída viene marcada por el descenso del valor de la leche de vaca puesto que, aclara la secretaria general de UPA-Almería, «es el que fija el precio del producto en el mercado».
En alimentación, «cada animal supone un gasto de 0,45 euros aproximadamente y hay que tener en cuenta que no todo el ganado se mantiene en producción de leche todo el año, ya que durante el proceso de reproducción -aproximadamente cuatro meses- el animal no genera leche», explica la dirigente agraria. A ello hay que sumar los costes que tiene la actividad en su conjunto, que, «superan el ingreso final a lo largo del año».
Iglesias asegura que la demanda de leche no ha disminuido pero «el sector lácteo francés está dominando el mercado europeo ya que, siendo productores en España estamos importando más leche procedente de Francia, país que mantiene sus precios». Los responsables de la organización agraria han mantenido recientemente una reunión con Miguel Arias Cañete, ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, en la cuál le expresaron su preocupación por el momento que atraviesa esta actividad». Una de las demandas del colectivo agrario es que se publique «de una vez por todas» la Ley de Calidad Agroalimentaria. «No entendemos como todavía no se ha publicado la normativa cuando en varias ocasiones se nos ha informado de que estaba todo casi listo. Esta Ley puede mejorar la situación del comercio en el sector, primando el establecimiento de contratos de compra venta en el que se contemple un precio más que justo para el productor». El ministro se ha comprometido a encauzar la situación actual, asegura Iglesias. Sin embargo, la responsable de UPA entiende que las actuaciones que se lleven a cabo deben conllevar la urgencia que precisa este sector, que, día a día, «se le acumulan los problemas y ven como única salida dejar de un lado esta profesión e iniciar otra salida, a pesar de la situación de crisis y escasez de empleo que estamos padeciendo en los últimos años», afirma la secretaria general de UPA-Almería.
«Pronto no habrá como alimentar al ganado»
«Con los precios del pienso por las nubes como está en estos momentos, muy pronto los ganaderos no podrán alimentar al ganado», asegura Francisca Iglesias, secretaria general de UPA-Almería. La situación «es insostenible desde el punto de vista económico». Las empresas que suministran el pienso, señala Iglesias, «piden el pago por adelantado y lógicamente los productores, no todos, pueden afrontar lo». Al respecto, explica que «El suministrador lleva el alimento a la explotación pero se niega a descargar la mercancía si no se abona la factura antes». Hasta esta situación se ha llegado, «ahora que se depende, más si cabe, del pienso para alimentar al ganado, puesto que la sequía está azotando gravemente a la economía de los ganaderos, que ya no pueden ni sacar a pastar a los animales». La organización a solicitado que se habiliten subvenciones al sector para el transporte de forrajes desde otras zonas a Almería, y de esta forma reducir los costes de los ganaderos».