AEPLA, la Asociación Empresarial de las Plantas, ha celebrado hoy en Madrid su XXXVª Asamblea General, en la que las empresas fabricantes de productos destinados a la protección de los cultivos han realizado balance del último ejercicio, un año marcado por la entrada en vigor de la nueva normativa comunitaria: el Reglamento 1107 y la Directiva de Uso Sostenible, actualmente en proceso de trasposición.
‘Las expectativas de ambos aún son más un deseo que una realidad’, manifestó Carlos Palomar, Director General de AEPLA, ‘pues aún está pendiente el establecimiento de los recursos, procedimientos y medidas de control para su completa aplicación. Será entonces cuando, desde el punto de vista de quien debe cumplirla, pueda realizarse una adecuada valoración de la misma’, añadió.
Un año más el mensaje se repite, la lentitud de nuestro proceso nacional de registro de productos fitosanitarios es inadmisible e inaceptable para nuestro sector agrícola que les sitúa en clara desventaja frente a sus competidores. Sin embargo, ‘este año de cambios puede ser también el de la esperanza. Esperamos que las nuevas autoridades sean capaces de entender esta situación y den los pasos necesarios para cambiar este sistema caduco e ineficaz aún vigente, y la dinámica de reformas, en un entorno de crisis general, llegue también a nuestro sector. Para ello seguimos haciendo propuestas constructivas y ofrecemos nuestra colaboración’, indicó Sergio Dedominici, Presidente de AEPLA, que renueva mandato en este ejercicio, y que agradeció a los asistentes y compañeros su apoyo en cuantas propuestas se han impulsado durante su mandato.
European Crop Protection, nuevo rumbo para la industria fitosanitaria
Durante la sesión abierta, Rainer Bahnemann de ECPA presentó ‘Time to Change’, la nueva estrategia de ECPA con la que la industria fitosanitaria europea muestra su compromiso para alcanzar un sistema agrícola sostenible en Europa. Con ella ECPA, ofrecerá soluciones a los desafíos que actualmente vive el sector agrícola en cuatro pilares esenciales, el fomento de la biodiversidad, el suministro de alimentos seguros y asequibles a una población en constante crecimiento, la protección del agua y la salvaguarda de la salud de agricultores y consumidores.
El objetivo de esta nueva estrategia es contribuir de manera positiva a la sostenibilidad de la agricultura europea, actuando de manera abierta y transparente en proyectos que abarcan los cuatro ejes temáticos citados, y garantizar las mejores prácticas en el uso de fitosanitarios en el marco de una agricultura productiva y sostenible que proteja la salud humana y ambiental.
De mostrar las iniciativas enmarcadas en el área de biodiversidad se encargó Jaime Costa, de Monsanto y responsable del proyecto de indicadores de sostenibilidad, que mostró que el uso de la tecnología fitosanitaria no está reñido con la biodiversidad sino, al contrario, es la base para una agricultura realmente sostenible y productiva.