El Parlamento Europeo en Bruselas ha acogido este mes de noviembre de 2018 un taller internacional que bajo el título “Buenas Prácticas Agrícolas: la adaptación y mitigación del cambio climático y su vinculación con la PAC”, ha analizado cómo las buenas prácticas agrícolas pueden ayudar a luchar de forma efectiva contra el cambio climático, por lo que desde la Política Agraria Común se debe potenciar su implantación en el campo.
El evento ha sido organizado por la Federación Europea de Conservación para la Agricultura (ECAF), en el marco del proyecto LIFE + Climagri, en el que, además de ECAF, participan la Asociación Española Agricultura de Conservación. Suelos Vivos (AEAC.SV; entidad beneficiaria del proyecto), el Instituto para la Formación Agraria y Pesquera de la Junta de Andalucía (IFAPA), la Universidad de Córdoba (UCO) y la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores de Sevilla (ASAJA-Sevilla). Para su celebración fue clave la implicación de dos miembros del Parlamento Europeo especialmente preocupados por los temas agrícolas, como son la eurodiputada Clara Aguilera (Vicepresidenta de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural del Parlamento Europeo) y el eurodiputado Ivan Jakovčić, (miembro de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural del Parlamento Europeo).
En la primera sesión del evento se explicó el proyecto Life+ Climagri, que propone un conjunto de diez Buenas Prácticas Agrícolas (BPAs) para lograr un modelo de agricultura verdaderamente sostenible. Estas Buenas Prácticas Agrícolas incluyen la aplicación de técnicas de Agricultura de Conservación (AC), la implementación de acciones para la optimización en el uso de insumos y también acciones para promover la biodiversidad. Durante esta sesión, se destacó el papel clave que puede desempeñar la agricultura en la mitigación del cambio climático y se mostró cómo con el uso de técnicas de Agricultura de Conservación, se elimina dióxido de carbono de la atmósfera mediante el aumento en el almacenamiento de carbono en el suelo un 10,4% (en el marco del proyecto) con respecto a la agricultura convencional. El cambio de sistema también ha supuesto reducir las emisiones de CO2 hasta en un 78% desde el inicio del proyecto (2014). Al mismo tiempo, la agricultura debe adaptarse a los ya inevitables cambios en el clima que ya hemos comenzado a sufrir; por ello, en el evento se desarrollaron también las medidas de adaptación ofrecidas por Climagri, como la puesta en práctica de estrategias de riego deficitario.
En una segunda sesión se destacó la relevancia del cambio climático en las políticas europeas. De hecho, se subrayó que la propuesta de la Comisión Europea para la futura PAC incluye que aproximadamente el 40% del objetivo de gasto de la PAC se destine a la mitigación del cambio climático a través de la agricultura y a la adaptación al mismo del sector agrícola. Además, se afirmó que un cambio en la agricultura europea es clave para alcanzar los compromisos adquiridos por la Unión Europea en el Acuerdo de París (enmarcado en la CMNUCC), según el cual Europa debe reducir para 2030 al menos el 40% de las emisiones en comparación con 1990.
El taller también mostró cómo, en la actualidad, las BPAs propuestas por Life + Climagri son, en muchos casos, parte de una agricultura real y no de un modelo utópico. Para esto, seis agricultores de diferentes países europeos (Grecia, Italia, Portugal y España de la cuenca Mediterránea, y Alemania y Dinamarca de otros entornos climáticos) explicaron cómo están trabajando en su día a día y están mejorando sus explotaciones a través de la implementación de las BPAs propuestas por Life+ Climagri.
Estas diez Buenas Prácticas Agrícolas son las siguientes: el mantenimiento de una cobertura vegetal en el suelo; la mínima alteración mecánica del suelo; el establecimiento de rotaciones de cultivo; la optimización en el uso de agroquímicos; el adecuado manejo de productos agroquímicos; el uso de tecnologías avanzadas (sistemas de ayuda a la decisión, agricultura de precisión, gestión de flotas, etc.); la implantación de estrategias de riego óptimo y deficitario; la consideración conjunta de prácticas agronómicas, técnicas y económicas optimizadas para la mejora de la gestión del agua de riego; la implantación de márgenes multifuncionales y estructuras de retención; las medidas de fomento de la biodiversidad.
Finalmente, se llevó a cabo una sesión en la que se presentaron las experiencias positivas de otros proyectos LIFE centrados en la agricultura sostenible y el cambio climático.