Ence Energía&Celulosa mantiene en sus trámites un ‘completo’ proyecto enmarcado en la economía circular que vendrá a solventar uno de los problemas más enquistados que tiene el campo almeriense: la gestión de los restos vegetales que, tras la finalización del ciclo productivo en los invernaderos, se generan en la provincia. Es más de un millón de toneladas de estos residuos que sale de las explotaciones hortofrutícolas cada campaña, y apenas el 25% de esta cantidad se deriva al gestor autorizado.
La empresa avanza en su proyecto almeriense, el de construir una planta de generación de energía de baja emisión con biomasa. Así, además de atajar una problemática en el sector hortofrutícola almeriense pondría el valor las matas de los invernaderos generando energía eléctrica. La consecución final de esta iniciativa apunta a 2022, año en el que, si todo transcurre sobre las previsiones podría comenzar a funcionar la planta en el Poniente almeriense, en el municipio de El Ejido. Ence baraja contar con todos los trámites y autorizaciones oportunas para iniciar la construcción de la planta a lo largo de 2019, y dos años más, es decir, 2020 y 2021, para levantar y equipar las instalaciones.
La entidad, a través de Luis Carlos Martínez, director general de Comunicación y Relaciones Institucionales; Felipe Torroba, director general de Energía; y Fernando Schwartz, director de Desarrollo de Nuevas Plantas de Energía, presentó el proyecto a la prensa almeriense. En el encuentro, se detallaron cada una de las ventajas que supondrá la puesta en marcha de esta planta para el campo provincial, pero también para el entorno. No en vano, el proyecto contempla la gestión integral de 650.000 toneladas de restos vegetales para generar hasta 250 millones de kilovatios al año, lo que equivale al consumo de 240.000 personas. Esa capacidad supone tratar adecuadamente la combustión del 65% de los residuos vegetales que genera Almería, y por tanto que no queden abandonados o mal gestionados, evitando así, como insistieron en Ence, incendios, malos olores, vertidos sin control, etcétera. En definitiva, un problema «ambiental grave».
Pero además, esta nueva actividad generada en torno a la gestión de restos vegetales generará empleo y riqueza en el entorno. Una planta de generación con biomasa genera 31 empleos (directos, indirectos e inducidos) por cada megavatio de capacidad. La planta de Ence contempla una capacidad de generación de 31,5 megavatios.
Pero no solo se producirá energía eléctrica. Y es que, en el proceso también son aprovechables las cenizas resultantes de la combustión de la planta como materia prima para la elaboración de fertilizantes. Asimismo, Fernando Schwartz explicó que también tienen capacidad de devolver a la red de riego más agua de la que utilizan en sus procesos. Esto ocurre en la fase de secado de los restos vegetales para su posterior utilización en la combustión. En este punto, y gracias a un sistema puntero de secado que utiliza Ence, acumula ese agua que se evapora de las plantas húmedas, para posteriormente condensarla y devolverla a la red de regantes. La utilización de recursos hídricos en el proceso es escasa, insistió el director de Desarrollo de Nuevas Plantas, ya que por ejemplo, «el sistema de refrigeración que utiliza Ence es de aire».
Los responsables de Ence insistieron en la limpieza de los procesos, con bajas emisiones nocivas, como rige en la legislación europea.
En El Ejido
Ence Energía&Celulosa llegó a un acuerdo con la planta de gestión de restos vegetales Ejido Medioambiente, ubicada en Tierras de Almería, en el municipio de El Ejido, para construir su planta de generación de energía con biomasa en sus actuales instalaciones. En todo caso, la empresa ejidense no desaparecería sino que modificaría parte de la gestión que realiza actualmente. Así, en su actividad seguiría llevando a cabo, aunque en menor medida, la gestión de restos vegetales como hasta ahora, pero también, trabajaría en la preparación de las matas para su posterior tratamiento en la planta de generación de energía que proyecta Ence.