Recientemente se presentó el informe Importancia socioeconómica de la cadena de valor de la celulosa, papel y cartón, en el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, en el que se confirma que cuatro de cada cincuenta euros que factura la industria española están relacionados con la actividad de la cadena de valor de la celulosa, papel y cartón.
Elaborado por CEPREDE (Centro de Predicción Económica), ha sido encargado por las ocho asociaciones empresariales y un grupo que representa los diferentes eslabones de la cadena -fabricación, transformación, impresión y edición- con el objetivo cuantificar y dar visibilidad a la cadena de valor como un potente motor económico, creadora de empleo y riqueza con un papel estratégico en la economía española.
La cadena de valor de la celulosa, papel y cartón aporta globalmente (aportación directa+indirecta+inducida) a la economía el 4,5% del PIB y genera uno de cada cincuenta empleos en nuestro país, Asimismo, cuatro de cada cincuenta euros que factura la industria y uno de cada cincuenta euros que recauda el Estado vía impuestos o cotizaciones sociales en España están relacionados con la actividad de esta cadena de valor.
La ministra de Industria, Comercio y Turismo, María Reyes Maroto, ha reconocido que “este informe abarca a toda una cadena de valor muy específica porque además de lo que supone en términos de creación de empleo y riqueza, es un ejemplo de aplicación de economía circular que podemos encontrar”.
La cadena de valor de la celulosa, papel y cartón —tal como viene definida en dicho estudio— se inicia en la naturaleza con las plantaciones para papel, de las que se obtiene la materia prima natural y renovable con la que la industria papelera produce la celulosa y el papel. En el siguiente eslabón, a partir del papel, las empresas transformadoras producen una amplísima gama de productos de papel y cartón como envases y embalajes de todo tipo (cajas, bolsas…), material de papelería (sobres, cuadernos, carpetas…) y productos tisú (papel higiénico, pañuelos, papel de cocina…). La cadena de valor continúa con el sector de servicios de impresión, reproducción y acabados, con las empresas de publicidad y marketing directo, y con la industria editorial, tanto de libros como de periódicos y revistas. Esta potente cadena de creación de empleo y riqueza está integrada también por las actividades postales y de correos dedicadas al envío de cartas y paquetería. Y finalmente, la cadena se cierra con el sector de la recuperación de residuos que recoge y trata el papel tras su uso para que regrese a las fábricas papeleras.
Integrada por 17.377 empresas con asalariados, la cadena de valor de la celulosa, papel y cartón da empleo directo a 182.370 personas. Con una facturación directa de 23.094 millones de euros, la cadena de valor tiene sobre la economía española un muy importante efecto no solo directo sino también indirecto e inducido, que hay que considerar globalmente.
La cadena de valor es uno de los grandes motores de la economía de nuestro país por su efecto impulsor y de arrastre en el conjunto de la actividad económica, generando actividad en muchas otras ramas como la energía, química, metal, maquinaria, transporte, construcción, ingeniería y un larguísimo etcétera.
La facturación directa de la cadena de valor asciende a 23.094 millones de euros, una cifra que representa el 2,1 % del PIB español. La demanda externa supone el 25 % de las ventas totales de la cadena.
La facturación global generada (48.471 millones de euros) equivale al 8,8 % de la facturación de la industria española y representa el 4,5 % del PIB español. El valor añadido total generado (18.378 millones de euros) supera el 13,2 % del valor añadido de la industria española.
Efecto de arrastre: el 78% de las compras y la inversión se dirigen a proveedores nacionales
La estructura de costes de la cadena de valor revela la importancia del capítulo de compras de materias primas y aprovisionamientos, que supone el 48 % de los costes totales, seguido de los costes salariales, que representan el 28%.
En el desarrollo de su actividad, la cadena realiza compras a otros sectores por importe de 14.566 millones de euros y desarrolla inversiones valoradas en 842 millones de euros.
Las compras suponen el 63 % de la facturación directa, casi doce puntos porcentuales por encima de lo que representan en el conjunto de la economía. La cadena invierte el 3,6 % de su facturación directa, más de un punto por encima de la media en el conjunto de la industria manufacturera.
Tanto las compras como la inversión se dirigen además en un muy alto porcentaje (78%) a proveedores nacionales, lo que explica el importante efecto de arrastre de la cadena de valor en la economía nacional.