El empleo de las técnicas de control biológico está directamente relacionado con la productividad en los cultivos de melón y sandía, ya que estos dos cultivos dependen por completo de la polinización natural. Koppert recomienda que, desde el inicio del ciclo de cultivo, se lleve a cabo un control integrado de plagas que debe estar fundamentado en las sueltas de insectos auxiliares, especialmente de Amblyseius swirskii, que se ha revelado especialmente eficaz para el control de poblaciones de mosca blanca (Bemisia tabaci) en el caso de las cucurbitáceas (melón y sandía) en invernadero. Además, es importante que las sueltas de insectos auxiliares se realicen con la dosis correcta en cada caso y con la frecuencia indicada por los técnicos para garantizar su eficacia.
Al mismo tiempo, deben mantenerse las medidas preventivas y de aislamiento del invernadero que son recomendables durante toda la campaña para controlar poblaciones de insectos que transmiten enfermedades a las plantas. Con estas buenas prácticas, el cultivo de melón y sandía ofrecerá desde su inicio el ambiente óptimo para la polinización natural y el productor podrá gestionar, sin dejar residuos, posibles problemas de resistencias a determinadas materias activas que hayan podido adquirir algunos insectos transmisores de virus.
Las recomendaciones para el cultivo de melón y sandía son extensibles al resto de producciones en ciclo de primavera. En otros cultivos con más tradición en control biológico, como pimiento y tomate, también es importante no cortar los protocolos de control biológico que se hayan llevado a cabo durante el ciclo de invierno. Los expertos de Koppert han confirmado en campo que la mejor recomendación para mantener lejos los virus es realizar sueltas de insectos auxiliares de forma sostenida durante toda la campaña y evitar a toda costa que existan periodos de inactividad en la fauna auxiliar que pueden ser aprovechados por los virus para dañar la cosecha. El mantenimiento de unos umbrales mínimos en control biológico debe complementarse con el uso de productos compatibles con los insectos, en cumplimiento de la nueva norma española que obliga al control integrado de plagas en todos los cultivos hortofrutícolas bajo plástico.
Equilibrio biológico
Koppert ofrece al agricultor un asesoramiento personalizado para cada explotación. La interacción de la planta con factores diversos como el clima, ventilación, humedad o tipo de riego, se tiene en cuenta por los asesores de Koppert para procurar el equilibrio biológico en la plantación, tanto en suelo como en la parte aérea. La experiencia de Koppert ha demostrado que una alteración en el equilibrio biológico puede debilitar la planta y favorecer la aparición de enfermedades bacterianas y fúngicas que obligan al agricultor a realizar tratamientos que disparan sus costes de producción.
En este sentido, los asesores de Koppert apuestan por una estrategia integral de prevención dirigida especialmente a minimizar el riesgo de sufrir mermas en la producción o pérdidas de cosecha en los casos más graves. La amplia experiencia en campo de Koppert ha demostrado que los productores que aplican estrategias de gestión integral de plagas y enfermedades rentabilizan más su producción y reducen costes en insumos agrícolas.
Por todo esto, cada vez son más los agricultores que incorporan el sistema NatuGro de Koppert, que ofrece al agricultor las herramientas que necesita para aumentar la producción y obtener cosechas sin residuos. Al mismo tiempo, NatuGro atiende la demanda de las cadenas de supermercados que buscan productos limpios y sanos, que además generen confianza en el consumidor y con un nivel de calidad exclusiva que les permita diferenciarse del resto de distribuidores. Por todo ello, NatuGro beneficia a todos los componentes de la cadena alimentaria y mejora la competitividad del productor.