La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha participado durante los dos últimos días en el Comité Mixto Hispano-Marroquí celebrado en Casablanca para reclamar el estricto cumplimiento del acuerdo agrícola UE-Marruecos como la vía más eficaz para garantizar un correcto funcionamiento del mercado. «El ministro Arias Cañete y su homólogo marroquí han convertido este foro en un «besa-manos» improductivo que pasa factura a las rentas del sector y destruye empleo en las regiones productoras. No entendemos por qué el Ministro vuelva a insistir en la convocatoria unilateral de estas cumbres, máximo cuando no cuenta con el visto bueno del sector. Necesitamos menos fotos con la oligarquía marroquí y más contundencia en la defensa de la agricultura española», ha subrayado Andrés Góngora, responsable del sector de frutas y hortalizas de COAG.
COAG considera que con este tipo de cumbres lo único que se consigue es que Marruecos logre respaldo en sus pretensiones de obtener una situación privilegiada en el contexto de la UE, como ya se ha planteado con la posibilidad de acceder a fondos de desarrollo rural comunitarios o con el Estatuto Avanzado.
Tras apenas dos campañas desde su entrada en vigor, los primeros efectos del acuerdo agrícola UE-Marruecos ya son visibles: reajuste en los calendarios de comercialización europea y pérdida de rentabilidad. La entrada masiva y sin control de producto marroquí en los meses que permite el acuerdo (de octubre a abril), ha obligado a los agricultores españoles a adelantar una parte de la competitiva campaña de otoño a los meses de verano. Las cifras así lo constatan. Las exportaciones españolas de tomate, calabacín, berenjena y pepino en julio y agosto han aumentado considerablemente en las últimas dos campañas.
Pero también está afectando a otros países europeos, caso de Holanda, que están alargando sus calendarios de producción a octubre e incluso noviembre, meses en los que nunca habían tenido presencia relevante en los mercados. Además, la rentabilidad de las producciones es cada vez más ajustada ya que la distribución continúa presionando los precios a la baja, alegando mejores ofertas de nuestro competidor alauita, y los costes de producción no hacen más que crecer.
«Reinventarse o morir. Marruecos, incumplimiento volumen y precios, inunda el mercado europeo en esas fechas y hunde las cotizaciones en origen. No podemos competir en igualdad de condiciones con unos costes de producción muy bajos en base a unas condiciones laborales, sociales y medioambientales que en la UE están prohibidas desde hace años. Es paradójico, la UE abre las puertas a Marruecos y, lejos de exigir que su producción se adapte a nuestra normativa, son los agricultores europeos los que se ven obligados a adaptarse a su calendario para sobrevivir», ha argumentado Góngora.