En estos días son numerosas las llamadas y quejas de agricultores que han acabado la campaña y que se encuentran con el problema de qué hacer con los restos de la cosecha, ya que las plantas de tratamiento de las que disponen se encuentran saturadas y no tienen capacidad suficiente para absorber todo el material vegetal que sale de las explotaciones hortícolas.
«Hacía años que no nos encontrábamos con esta situación» afirma el Presidente de ASAJA-Almería, Francisco Vargas, «en este momento los agricultores tienen las manos atadas, están finalizando las tareas de limpieza para preparar una nueva campaña, teniendo que acopiar estos restos en la propia explotación porque no tienen dónde llevar los restos vegetales de la campaña, lo cual crea una situación de inseguridad importante».
Desde hace más de un mes, cuando se acercaba el final de la campaña en la provincia, ASAJA-Almería mostró su inquietud por la situación que se iba generando con el cierre intermitente de las plantas ubicadas en La Mojonera y El Ejido que por motivos de seguridad estaban y están limitando la entrada de producto.
En opinión de ASAJA-Almería lo que queda patente es que las empresas que tienen autorización y están instaladas en la provincia no han realizado, a pesar de los apoyos recibido por la Administración, las inversiones suficientes para poder adaptarse al calendario del sector hortícola almeriense y poder gestionar los restos de una forma eficaz. Además consideramos que las diferentes Administraciones han perdido una gran oportunidad en los últimos años para poder haber acabado con este problema, y haber facilitado y acogido los diferentes proyectos empresariales que se fueron presentando en la provincia y que podrían haber sido rentables.
«Estamos volviendo a lo que ocurría hace años, la solución que tenemos ante nosotros es hacer nuestro propio compost con estos restos vegetales o bien destinarlo a la alimentación de ganado, lo cual es sin lugar a dudas una buena opción. Es necesario que los agricultores participen de la gestión final de sus restos ya sea de forma individual o colectiva, y desde mi punto de vista el destino a biocompost es una buena solución», apunta Vargas.
«Además esta situación de restricción que estamos viviendo en esta campaña está provocando que algunos desaprensivos que disponen de zonas de acopio o contactos con ganaderos estén cobrando hasta 260 euros por camión de restos vegetales, lo cual es una barbaridad», apunta.
Recordemos que en el caso del sector hortícola las formas de eliminar los restos son limitadas, y destacamos la prohibición exclusiva de la realización de quemas por lo que cualquier alternativa pasa por la valorización de estos restos vegetales. Además desde la publicación del Reglamento de Residuos de Andalucía el agricultor es el responsable de sus restos vegetales, sin que la Administracion competente, la Junta de Andalucía, haya previsto soluciones alternativas sobre todo a corto plazo, y nuevamente el agricultor se queda solo para poner en marcha iniciativas empresariales que den solución al problema que se le ha creado.
Por este motivo desde ASAJA pedimos a las Administraciones, en especial a la andaluza el máximo apoyo a las iniciativas privadas y colectivas que se presenten con el fin de solucionar lo antes posible la situación generada y además, que exija a las iniciativas que actualmente tienen autorización que reinviertan el dinero del agricultor en mejorar y ampliar las instalaciones.
Desde ASAJA seguimos reivindicando un solución urgente a este problema tanto para esta campaña como para las venideras, por lo que instamos a los diferentes representantes de las Administraciones, locales, provinciales y regionales a que favorezcan una solución viable para el agricultor.