Es recomendable incrementar la biodiversidad en la parcela a través de los policultivos y los setos.
Policultivos
El policultivo es el crecimiento en la misma parcela de dos o más cultivos, coincidiendo al menos durante parte del ciclo.
Existen cuatro tipos:
- Cultivos asociados o mezclados. Los cultivos crecen simultáneamente en la parcela sin un orden determinado.
- Cultivos intercalados. Los cultivos se alternan en hileras diferentes.
- Cultivos en franjas. Los cultivos crecen simultáneamente en distintas franjas, pero con una anchura que permita que interactúen agronómicamente.
- Cultivos de relevo. Los cultivos crecen simultáneamente durante parte del ciclo de cada uno de ellos; es decir, se solapan.
Una de las características que presentan los policultivos es que requieren menos terreno para producir lo mismo que los cultivos por separado, debido a los efectos positivos que tienen unos sobre otros por diferentes razones.
En primer lugar, se puede dar el caso de que uno de los cultivos sea una leguminosa que obtiene el nitrógeno del aire, no compitiendo por el del suelo. Además, la leguminosa en el policultivo es una fuente de nitrógeno para el sistema como un todo, y no sólo para ella misma, porque se produce una transferencia de este elemento desde la leguminosa al otro cultivo.
Algo similar ocurre con otros nutrientes, como fósforo, potasio, calcio o magnesio. Así, si se asocian plantas con distinto sistema radicular se reduce la competencia por los nutrientes, e incluso puede ocurrir que un cultivo se convierta en una fuente de alimento no disponible para el otro, porque es más eficaz en su captura y luego lo transfiere al cultivo acompañante. Este es el caso del fósforo que es transferido de un cultivo a otro por la conexión a través de los hongos micorrizas.
También los policultivos son capaces de aprovechar mejor otros recursos, como el agua y la luz, a la vez que permiten rebajar la presencia de hierbas en nuestra finca.
Otra razón se encuentra en la protección que ejerce un cultivo sobre otro en relación al clima, resguardándolo de condiciones meteorológicas adversas, como vientos muy fríos o muy secos y cálidos, o del sol excesivo.
Y de los factores que pueden verse envueltos en esta mayor eficiencia de los policultivos frente al monocultivo, uno de los más importantes puede ser la reducción de daños por plagas y enfermedades, debida a varias causas:
La plaga no encuentra al cultivo del cual suele alimentarse, debido a que el cultivo acompañante altera las condiciones físicas (microambiente alrededor de la planta, cambio del reflejo de la luz, etc.) o químicas, (la atracción se difumina, enmascaramiento de olores, repelencia, etc.) que normalmente indican a la plaga que el cultivo está presente, lo que disminuye la probabilidad de encontrarlo. En la Tabla 1 podemos ver algunos ejemplos.
La búsqueda de la planta hospedera por el insecto involucra a menudo mecanismos olfativos. Las plantas atractivas para la plaga asociadas con plantas que no lo son pueden ser un componente importante en la defensa contra las plagas, debido al efecto de enmascaramiento de los olores del cultivo por las plantas acompañantes.
Un ejemplo de enmascaramiento por olores ocurre cuando la zanahoria se siembra junto a la cebolla. En este caso la mosca de la zanahoria la infesta menos cuando las hojas de la cebolla están expandiéndose, mostrando que la emisión de sustancias por parte de la cebolla enmascara la presencia de la zanahoria, lo que dificulta su detección por la mosca. La asociación de la zanahoria con la alfalfa tiene un efecto parecido. Otro ejemplo, sería el cultivo intercalado de tomate y col-repollo que da lugar a menor presencia y puesta de huevos de la polilla de la col, porque es repelida por los olores que desprende el tomate. Este mecanismo parece que también actúa en el caso de los nematodos fitopatógenos cuando algunas especies acompañantes, como el clavelón o el sésamo, están presentes.
Así, las hierbas aromáticas (romero, salvia, albahaca, etc.) son indicadas para repeler insectos plaga en el cultivo de hortalizas, colocándose tanto en las hileras como los bordes de las parcelas. Además, el néctar y polen que producen sirve de alimento a enemigos naturales en estado adulto.
Los policultivos también son útiles para reducir el daño de las plagas que detectan a su planta huésped mediante mecanismos visuales, como los pulgones de la col de Bruselas, que son despistados por la menor intensidad de la luz reflejada por el cultivo creciendo con la cubierta vegetal, ryegrass o trébol, en comparación con el monocultivo.
En otros casos, la plaga coloniza menos el policultivo porque la estructura no le es favorable. Así, en el policultivo la tasa de emigración de la plaga hacia otros sitios es mucho mayor que cuando ésta encuentra una parcela de monocultivo. Esto parece deberse a que la plaga tiene que invertir mayor cantidad de energía para desplazarse y alimentarse sobre el olicultivo por lo que no le resulta tan atractivo como el monocultivo.
Este mecanismo ocurre por ejemplo con la pulguilla de las crucíferas (Phyllotreta ruciferae) en un policultivo de brócoli con cobertura de veza o haba. Cuando la pulguilla cae sobre estas plantas tiene que alcanzar las partes superiores para poder saltar o volar hacia una planta de brócoli. Ello es dificultoso debido a la gran biomasa que producen y a la compleja arquitectura de ramas enredadas, en el caso de la veza; y a la mayor presencia de enemigos naturales, cuando la asociación es con haba. Por esta razón, abandonan la parcela de policultivo con rapidez. Esto se pudo comprobar en el ensayo mostrado en la figura 1, en el que se liberaron 350 pulguillas en cada parcela marcadas con distintos colores. En las parcelas había dos policultivos, uno de brócoli con haba y otro de brócoli con veza, y un monocultivo de brócoli. Al cabo de 24 horas el número de pulguillas era similar a la situación anterior y mucho menor en los dos policultivos que en el monocultivo.
El estado nutricional de la planta huésped también puede provocar una menor atracción o menor desarrollo d
e la plaga en el policultivo. Esto puede ocurrir porque en el policultivo hay una competencia por los nutrientes entre los cultivos implicados, lo que disminuye la excesiva extracción realizada por cada uno de ellos.
Un ejemplo de ello lo encontramos en el comportamiento de los áfidos o pulgones, cuya fecundidad está muy relacionada con el contenido de nitrógeno soluble en la savia de la planta, incrementándose su población cuanto mayor ha sido el consumo de nitrógeno por la misma. El policultivo puede reducir la absorción de nitrógeno por los cultivos participantes, evitando el consumo de lujo y limitando el desarrollo de la población de pulgones. Esta es la razón del menor nivel de áfidos en el cultivo de haba cuando se siembra con cubierta de cebada o avena.
En otras ocasiones, alguna de las especies de un policultivo actúa como cultivo trampa, disminuyendo la presencia de la plaga sobre las plantas del cultivo principal. Esto ocurre, por ejemplo, en el policultivo judía/tomate, donde la judía actúa de cultivo trampa frente a los ataques de rosquilla (Spodoptera sunia) al tomate, que apenas se ve atacado.
Y, por último, los policultivos favorecen la presencia de depredadores de las plagas y su efectividad, contribuyendo a reducir sus daños. Ello se debe a que en los policultivos los depredadores encuentran otros insectos de los que se pueden alimentar cuando la plaga no está presente, otras fuentes de alimentación (polen y néctar) que les permiten sobrevivir (sobre todo en su fase adulta) y refugios para pasar el invierno y para reproducirse.
Algunos de estos mecanismos de disminución de daños por plagas en los policultivos, también se ocurren para el caso de las enfermedades, sobre todo en aquellas transmitidas por insectos vectores. En los policultivos estos insectos transmisores encuentran muchas más dificultades para extender las enfermedades que en los monocultivos.
Por todas estas ventajas, los policultivos se han empleado en la agricultura tradicional. La tabla 2 recoge aquellos que se empleaban en la Vega de Granada en los años cuarenta y cincuenta del pasado siglo.