El ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, ha subrayado hoy que «España ha recuperado voz y credibilidad en el proceso negociador de la reforma de la Política Agrícola Común (PAC). Gracias a ello, «hemos logrado que nuestras propuestas y observaciones sean tomadas en consideración», ha añadido.
En la clausura de una jornada sobre la Reforma de la PAC, organizada en Segovia por la Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos, Arias Cañete ha apuntado que España está participando en todos los foros de diálogo, trabajo y negociación, así como con las Comunidades Autónomas y las Organizaciones Profesionales y de las Cooperativas, «para configurar las normas que habrán de regir en la aplicación de la reforma en nuestro país, en el marco de los reglamentos que finalmente se adopten».
En su intervención, el ministro ha subrayado el importante valor del sistema agroalimentario nacional «que constituye, sin duda, uno de los pilares de la recuperación económica de nuestro país», tanto por la evolución de la renta agraria (+2,4% en 2012) como por su «innegable vocación exportadora, con una demanda creciente».
No obstante, el ministro ha apuntado las debilidades de este sistema, principalmente «fruto de la escasa dimensión empresarial y de la falta de concentración» Según el ministro, esta atomización disminuye la capacidad negociadora del sector, limita su potencial innovador y coarta su vocación exportadora».
Para hacer frente a esta situación, Arias Cañete ha recordado las iniciativas puestas en marcha por su Departamento desde el inicio de la legislatura, en particular, los proyectos de ley de mejora de la cadena alimentaria y de integración cooperativa, actualmente en tramitación parlamentaria. De manera complementaria, el ministro se ha referido a dos actuaciones, para promover la I+D+i, por un lado, y la internacionalización de las empresas del sector agroalimentario, por otro.
REFORMA DE LA PAC
Por otro lado, el ministro se ha referido al proceso de negociación de la reforma de la Política Agrícola Común (PAC) como segundo frente de actuación de su Ministerio, reforma que, «sin perjuicio de considerar apropiados los principios de sostenibilidad económica, social y medioambiental que la inspiran, tuviera en cuenta nuestras peculiares circunstancias».
En este sentido, «España es el que, desde el punto de vista agroclimático, permite la mayor variedad de cultivos que se pueden encontrar en la Unión Europea». Esto hace que las diferencias de importe de las ayudas por superficie, ligadas a diferentes cultivos, «se manifieste en nuestro país en toda su amplitud e intensidad», ha apuntado el ministro, quien ha añadido que «se comprende, por tanto, nuestro interés en que la reforma tenga en cuenta estas circunstancias, diferenciadoras en España en mayor medida que en otros países» Según el ministro, esto es necesario «para bien de la actividad agraria de los diferentes territorios, del empleo que sostiene y del conjunto del sistema».
En este proceso de reforma de la PAC, Arias Cañete ha recordado que el primer paso del Gobierno fue elaborar un análisis de impacto de la comunicación de la Comisión, de noviembre de 2010, «claramente perjudicial para los intereses de España». Además, en junio de 2012, se logró un acuerdo unánime con todas las Comunidades Autónomas sobre la posición española ante la reforma, que constituye el marco en el que el Ministerio desarrolla todas las negociaciones. También se iniciaron contactos con otros Estados miembros y con los grupos del Parlamento Europeo.
Tras año y medio de negociaciones de este Gobierno, «puedo afirmar que tenemos, de nuevo, la posición que nunca debimos perder, tanto en la Comisión Europea como en el Consejo y el Parlamento, al que hemos propuesto numerosas enmiendas que han sido acogidas muy favorablemente y, en muchos casos, incorporadas a los textos»
En este proceso, el ministro ha puesto en valor los logros alcanzados por España. Así, en relación con el presupuesto, los agricultores y ganaderos seguirán percibiendo el mismo nivel de apoyos que tenían actualmente. En cuando a la redistribución de las ayudas dentro de los Estados miembros, «España ha conseguido que se pueda limitar la superficie máxima objeto de ayuda, evitando la entrada desordenada de nueva superficie en el nuevo sistema de ayudas, y la reducción de ayudas a los actuales perceptores».
Por lo que se refiere al componente verde, el ministro ha hecho hincapié en que España haya conseguido incorporar a la superficie con derecho de ayuda a las superficies de cultivos leñosos de carácter extensivo. Y en desarrollo rural, ha señalado como lo más significativo que las medidas del próximo periodo de programación 2014-2020, permitan llevar a cabo transformaciones en regadío, «sin los altos requisitos de ahorro de agua que proponía la Comisión», ha recalcado.
Asimismo, el ministro ha explicado que la reforma también contempla actuaciones en materia de regulación de mercados, «orientadas a una menor intervención de los mecanismos comunitarios y un mayor protagonismo de las organizaciones de productores, constituidas en autorreguladoras de la oferta de sus asociados».
Además, Arias Cañete ha reiterado que «España ha participado activamente para conseguir el mantenimiento del control de las plantaciones de viñedo y el régimen de cuotas de producción de azúcar, «claramente favorables a nuestros sectores productivos».
TRILOGOS
Ahora, Arias Cañete ha subrayado que la tarea es conseguir que las propuestas del Consejo de Ministros de Agricultura sean compartidas por la Comisión y por el Parlamento, en los denominados trílogos, «donde esperamos acuerdos satisfactorios», ha apostillado.
Tras este acuerdo, el ministro ha explicado que se tendrá que aplicar la reforma a las «específicas y peculiares» condiciones de España. Para ello, Arias Cañete ha afirmado que se elaborará una propuesta de aplicación nacional, «donde los agricultores reciban el mismo trato, en las mismas condiciones, cualquiera que sea la Comunidad Autónoma donde radique su explotación». Para el ministro, esta forma de aplicación es fundamental «si queremos preservar una organización territorial de nuestra agricultura que no se vea desvertebrada por una aflicción distorsionante de las ayudas, lo que iría justo en la dirección contraria de lo que hemos logrado hasta aquí», ha concluido.