El campo almeriense se encuentra en pleno proceso de preparación de su campaña hortofrutícola de primavera, con el fin de ofrecer al mercado los primeros melones y sandías que se producen en España cada temporada. Este año, según la primera estimación realizada por la Delegación Territorial de la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, teniendo como referencia la información facilitada por empresas del sector, y sobre todo, por los semilleros de la provincia, apunta a un retraso de la campaña de, aproximadamente, 20 días. En el cómputo general, en comparación con la anterior campaña, se han registrado menos plantaciones tempranas, durante el mes de enero. Sin embargo, en lo que se refiere a los meses de febrero y marzo, todo indica, aseguraron en la Delegación Territorial de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, que aumentará la superficie que se destinará al cultivo de estas frutas. Y es que, los agricultores han optado por los trasplantes de melón y sandía más tardíos en la presente campaña, concentrando para la segunda mitad su demanda a semilleros.
Se mantiene un año más por parte de los productores su apuesta por cultivar durante la campaña de primavera melón y sandía, aunque con cambios en la tendencia de variedades. Este año, según los datos de los que dispone la Administración andaluza, tanto en uno como en otro producto, se producirán escasas variaciones en cuanto la superficie en la que se extenderán. Así, según indicaron en Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, «la superficie dedicada a estos cultivos va a sufrir poca variación respecto a otros años. No obstante, sí parece que se va a concentrar la recolección de estas especies más que en otras campañas, salvo que debido a problemas de cuajado disminuya la producción».
En la anterior campaña hortofrutícola, según el balance final de la Consejería de Agricultura, se cultivaron en la provincia cerca de 5.500 hectáreas de sandía, con una producción que rozó las 350.000 hectáreas de toneladas. Asimismo, se plantaron más de 3.500 hectáreas de melón con un resultado final de 135.105 toneladas. En ambas frutas aumentó la superficie durante el ejercicio hortofrutícola pasado. Sobre la facturación generada el año pasado, destacaron los precios bajos a los que se vendió, en general, la sandía que aunque su producción aumentó un 16%, los ingresos generados subieron un 4%, alcanzando un valor total de 95 millones de euros. En cambio, en melón, la producción creció un 4% y la facturación un 21% hasta alcanzar los 59 millones de euros.
Variedades
Las tendencias en el consumo de estos productos marca el proceso de selección de las variedades que podrían ser más rentables cada campaña, en función de los resultados de temporadas anteriores y el interés que muestra el consumidor final, recogido en la apuesta de las cadenas de distribución. Este año, según los datos que se han facilitado a la Delegación de Agricultura, cabe la posibilidad de que se incremente la apuesta del campo almeriense por variedades de sandía sin semilla, un producto que gana terreno cada año en la predilección del consumidor a la hora de adquirir esta fruta. En este sentido, explicaron en la Administración andaluza, «al retrasarse la plantación es probable que la superficie de sandía con semilla, de siembra temprana, disminuya, y debería de aumentar la producción de semilla sin pepita».
En cuanto a melón, aunque con pocas diferencias respecto a la pasada campaña, se observa un aumento de la demanda de piel de sapo, seguido de melón amarillo, galia y por último cantaloup.
Control biológico
La aplicación de control biológico se mantendrá estable sobre la superficie invernada en la que se puso en práctica la pasada campaña. Las primeras estimaciones, no definitivas, indican que se utilizará fauna auxiliar para controlar a los insectos dañinos en 3.040 hectáreas de melón y en 2.580 de sandía.