Unos 300 agricultores de la provincia de Almería, que tienen sus explotaciones agrarias en zonas con dificultades naturales o en zonas de montaña, han recibido en las últimas semanas unas ayudas públicas que vienen a compensar su actividad por las condiciones en las que se desarrollan. En total, estos agricultores, cuyas explotaciones suman más de 14.000 hectáreas, han recibido en su conjunto algo más de 600.000 euros en ayudas.
Los principales destinatarios de estas ayudas son agricultores de municipios ubicados en las comarcas interiores de Los Filabres, Sierra Nevada y Los Vélez.
La mayor parte de las indemnizaciones pagadas por la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente (544.000 euros), se han destinado a ayudas a agricultores de zonas de montaña. En total se han abonado 249 expedientes, para unas explotaciones que en su conjunto suman 12.487 hectáreas.
Estas ayudas, contempladas en el Programa de Desarrollo Rural de Andalucía y cofinanciadas con fondos europeos Feader, vienen a compensar a los titulares de explotaciones agrarias situadas en zonas montañosas que, en general, tienen que hacer frente a una serie de adversidades como el clima, la topografía, la productividad menor de los suelos y la dificultad de los accesos, adversidades que no se dan en otras partes del territorio y que traen consigo una rentabilidad inferior, ya que los costes de explotación son mayores y los rendimientos más bajos.
Por su parte, 45 agricultores de la provincia que tienen sus explotaciones agrarias en zonas no montañosas, pero con dificultades naturales, han percibido 58.000 euros en concepto de indemnización. Estos agricultores, aunque en condiciones poco favorables, mantienen en cultivo unas 1.700 hectáreas. Como en el caso de las ayudas a la agricultura de zonas de montaña, el objetivo de estas ayudas públicas es mantener las actividades agrícola y ganadera en lugares donde dichas actividades tienen escasa rentabilidad.
Freno al despoblamiento
Estas ayudas, según el delegado territorial de la Consejería, José Manuel Ortiz, «tienen como objetivo mantener la actividad agraria en zonas con dificultades para dicha práctica y con ello, evitar el despoblamiento y los impactos ambientales negativos en zonas de montaña». Asimismo, Ortiz destaca la importancia de estas compensaciones públicas para mantener la utilización sostenible de las tierras agrícolas y la actividad ganadera en unas zonas que permiten conservar condiciones ambientales y sociales en el medio rural, así como para «propiciar el mantenimiento de sistemas de producción tradicionales, que han conformado muchos de los agroecosistemas de estas zonas rurales, alguna de las cuales ofrecen altos valores ecológicos y paisajísticos».
Requisitos
Los beneficiarios de estas ayudas son agricultores a título principal o titulares de explotaciones prioritarias, que tienen ubicadas sus explotaciones -total o parcialmente- en los municipios incluidos en la lista comunitaria de zonas desfavorecidas. La ayuda sólo puede recaer sobre la superficie de la explotación incluida en la zona desfavorecida. Los agricultores deben residir en el término municipal en el que radique su explotación o en alguno de los municipios limítrofes enclavados en zonas desfavorecidas y, comprometerse a desarrollar sus actividades agrícolas en las zonas designadas durante al menos cinco años a partir del primer pago de la ayuda, salvo jubilación o causa de fuerza mayor.