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Café con ciencia acerca a los ciudadanos la investigación en genómica y nuevos formatos de productos hortofrutícolas

La delegada territorial de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, Adriana Valverde, presentó en la tarde del miércoles en el centro Guadalinfo de Abla junto a su alcalde, Antonio Oliva, el Café con Ciencia virtual ‘Pimientos y pepinos snack: agricultura aliñada con innovación’, una charla impartida por Pedro Gómez Jiménez de Cisneros, investigador del centro IFAPA (Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera) de La Mojonera, que se retransmitió en directo por Internet, a través de videostream. El encuentro se ha podido seguir en el enlace http://cafeconciencia.fundaciondescubre.es/cafe-virtual/ y en el hastag #cafeconciencia.

 

Este café con ciencia virtual ha sido el cuarto celebrado en toda Andalucía durante el mes de noviembre y se enmarca en las actividades de la Semana de la Ciencia, organizadas por la Fundación Descubre, una entidad privada sin ánimo de lucro promovida por la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, que integra como patronos a los 22 principales centros científicos y de investigación de Andalucía.

Adriana Valverde señaló que con esta actividad se pretende «poner de relieve la figura del investigador en la sociedad en un ambiente distendido y cercano a los ciudadanos, porque la ciencia puede transmitirse también de una forma dinámica, interactiva y asequible, además de mostrar que los resultados de las investigaciones son útiles en la vida cotidiana y dan respuesta a los retos de nuestra sociedad».

Asimismo, destacó «el esfuerzo que está haciendo el Gobierno andaluz en el apoyo a la investigación, el desarrollo de infraestructuras de I+D+i y la apertura de espacios de interacción permanente entre investigadores y empresas», esfuerzo gracias al cual «estamos creando y consolidando un auténtico Sistema Andaluz del Conocimiento con capacidad para transformar la realidad, y para ello es necesaria la comunicación y la divulgación científica».

Ante el público reunido en el centro Guadalinfo de Abla –alrededor de 25 asistentes- y de manera abierta a todas las personas conectadas a Internet, Pedro Gómez, investigador de IFAPA, abordó en su charla cuestiones como la evolución de la agricultura y sus retos de futuro, el control sanitario de los cultivos, la agricultura ecológica y tradicional, la conservación de las semillas de cultivos tradicionales, la utilización del germoplasma y la búsqueda de nuevos formatos de presentación de los productos hortícolas, como las hortalizas en formato snack para máquinas expendedoras.

Hortalizas snack

Las hortalizas snack son aquellas que se presentan en un formato listo para consumir y que se pueden tomar como aperitivo. Un nuevo formato «divertido» que pretende dotar de un nuevo valor a los cultivos tradicionales de Almería. Si hasta ahora, el consumidor encontraba en los supermercados ensaladas listas para consumir o fruta cortada, los cultivos tipo snack dan un paso más y se colocan en nuevos formatos y lugares, como las máquinas expendedoras. Si bien se asocia este soporte con chocolatinas, frutos secos o refrescos, en los países europeos, estas máquinas se están llenando de un tipo de productos que tienen ya una imagen de comida sana que el consumidor puede adquirir en el colegio, en la oficina o en los supermercados. «Las hortalizas snack son aquellas que cuentan con una nueva connotación saludable. Queremos que estos nuevos formatos no se dirija a un consumidor selecto, sino que inunde los hábitos alimenticios de escolares y jóvenes, por ejemplo», precisó Jiménez de Cisneros.

Un tipo de estas hortalizas snack son las denominadas babies, miniaturas de hortalizas recolectadas con el mismo valor nutricional que las de mayor tamaño, pero con mayor sabor que la mayoría de las hortalizas que encontramos en el supermercado. En la actualidad existen alrededor de 50 tipos de minihortalizas cultivadas y comercializadas en todo el mundo, que van desde el ya clásico tomate cherry hasta el pepino, pimiento o la lechuga. «Se trata de variedades que sean más fáciles de consumir. Por ejemplo, pimientos para comercializar en máquinas expendedoras, manzanas cortadas, sandía en tacos», ejemplificó.

El experto ha repasado también cómo ha ido evolucionando la agricultura de manera que el manejo de los cultivos ha dado lugar a nuevas variedades. Asimismo, ha abordado la denominada agricultura ecológica o tradicional o una «vuelta a los orígenes». En este tipo de cultivos, los agricultores tienen mucho cuidado con conservar variedades autóctonas. Preservan las variedades tradicionales e introducen variaciones con métodos naturales como las polinizaciones con poblaciones cercanas. «Esto aporta un enorme valor al producto, ya que son cultivos más resistentes, ya que se defienden mejor de las plagas, aunque por ejemplo la producción es más restringida», aclaró Gómez.

Una ‘biblioteca de semillas’

El investigador ha hablado, asimismo, de cómo conservar aquellas especies asegurando que perpetuarán sus características en las generaciones de cultivos del futuro. Para ello, utilizan los bancos de germoplasma, una especie de «biblioteca de semillas» donde se conserva el material genético de las plantas. «La semilla es el mejor sistema de conservación, aunque con ciertos cultivos se hace una conservación in vivo. Nosotros estamos completando un banco de germoplasma con variedades tradicionales de calabaza, calabacín y tomate», adelantó.

Este «archivo» constituye un reservorio de variabilidad genética para el desarrollo de variedades comerciales que incorporen los caracteres favorables de las variedades tradicionales, como es el sabor, o el contenido en sustancias saludables como el caroteno o los polifenoles. Las nuevas variedades presentan perfectamente definidos estos caracteres saludables que son de interés para el consumidor, gracias al reciente desarrollo de la disciplina denominada genómica, que incluye técnicas que leen e interpretan el código genético de los seres vivos y aumenta el potencial de la mejora tradicional. Esta técnica constituyen un salto cualitativo en el desarrollo de nuevas variedades, y hacen innecesarias otras técnicas de inclusión de material genético que tanto rechazo provocan en la sociedad.

La calidad de los cultivos ha sido otro de los temas abordados. «Los cultivos de Almería están sometidos a rígidos controles, todo el proceso de producción está controlado de manera que se garantice la seguridad alimentaria. Una muestra de lo celosos que son los agricultores con la calidad es que hoy el 100% de la producción utiliza métodos como la lucha biológica, para evitar métodos perjudiciales para la salud», apostilló.

María José Martínez Pardo

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