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La empresa Biosabor se incorpora a la IGP Tomate La Cañada, que alcanza la cifra de siete integrantes

El Consejo Regulador de la IGP Tomate La Cañada sigue creciendo y recientemente ha incorporado a una nueva empresa. Se trata de Biosabor, una empresa instalada en San Isidro desde el año 2008, cuya filosofía se basa en el cultivo de cuatro productos (tomate, pepino, melón y sandía) bajo criterios 100% ecológicos y producción absolutamente propia.

 

Con esta incorporación, el Consejo Regulador de la IGP Tomate La Cañada sigue creciendo e inscribiendo a nuevos operadores que quedarán protegidos por esta figura de calidad diferenciada, después de que hace unos meses fuera reconocida por la Unión Europea como una de las dos Indicaciones Geográficas Protegidas del tomate en toda Europa, ahora aumenta su número de empresas a siete, puesto que Biosabor SAT se une a las seis que conformaban la IGP hasta ahora, que son Casur SCA, Costa de Níjar SAT, Vegacañada SA, Coprohníjar SCA, Agroponiente Natural Produce SL y Parque Natural SCA.

Las empresas inscritas en el Consejo Regulador de la IGP Tomate La Cañada, en su conjunto, mueven el mayor volumen de tomate en toda España, estando una parte de éste amparado y acogido a la IGP. Concretamente fueron 12.000 toneladas las certificadas por el Consejo Regulador la pasada campaña. Esta cifra, junto con la garantía de calidad y la fama europea que acompaña a nuestro tomate, hacen que la IGP sea una denominación de calidad y de peso que respalda a las empresas acogidas a la misma en el ámbito de la producción y comercialización de este producto en todo el continente.

Además, con la incorporación de Biosabor, el segmento de tomate ecológico amparado por la IGP Tomate La Cañada quedará reforzado y ampliado, lo cual supone un nuevo paso adelante en su consolidación, en una zona, que ha sido identificada y reconocida por la Unión Europea como una de las dos grandes áreas de cultivo y producción de tomate por excelencia. Una zona que comprende las áreas de cultivo de Níjar, la Vega de Almería y la ribera baja del Río Andarax, hasta el término de Alhama.

El presidente de Biosabor, Francisco Belmonte, se ha mostrado «satisfecho con nuestra inclusión en la IGP Tomate La Cañada, puesto que es muy positivo el que los productores agrícolas de Almería creemos estructuras comunes de comercialización, de producción y de imagen pública, ya que nos movemos en un mercado amplio y complejo, en el que la unión, sin duda, hace la fuerza. Para Biosabor es un honor producir tomates protegidos y diferenciados por la IGP, puesto que ésta es ya un símbolo de la calidad, del buen hacer, de la garantía y de unas cualidades muy especiales y específicas de nuestro tomate, que no se dan en ningún otro lugar. Estar amparados por la IGP es ser reconocido como parte del mejor tomate de Europa. Y eso es positivo a todos los niveles, desde el del prestigio hasta el no menos importante de las potencialidades comerciales».

Mientras tanto, el presidente del Consejo Regulador de la IGP Tomate La Cañada, Francisco López Martínez, ha añadido que «la IGP es ya un referente del cultivo de tomate ante toda Europa, pero es importante que ese referente vaya creciendo y fortaleciendo internamente. Y una manera fundamental de hacerlo es la incorporación de empresas comprometidas con la calidad, con la seguridad alimentaria y con la consecución de un tomate diferente, fresco, con sabor y con garantías ante el cliente y ante el consumidor final. Biosabor cumple, sin dudas, con esas exigencias de la IGP. Formar parte de la IGP no es sencillo. Las exigencias son precisamente las credenciales ante nuestros clientes y consumidores. Ha sido así desde el reconocimiento y registro de la IGP y debe seguir siendo así. Biosabor es una empresa que, con rotunda seguridad, honrará estas credenciales y nos enriquecerá ante los mercados. Quiero dar la enhorabuena y la bienvenida a sus integrantes y al mismo tiempo animarles a que sigan trabajando, como viene haciendo, por dignificar nuestro tomate ante toda Europa».

Finalmente, el secretario del Consejo Regulador de la IGP Tomate La Cañada, Antonio María Martín Campos, ha manifestado que «es muy positivo para el Consejo Regulador que se incorporen empresas como Biosabor, que no sólo concuerdan a la perfección con la filosofía fundamental de nuestra organización, sino que además aportan elementos importantes, como es su apuesta por el cultivo 100% ecológico. Uno de los objetivos fundamentales del Consejo Regulador de la IGP Tomate La Cañada es que en Europa se mire a Almería como un lugar de referencia en el cultivo del tomate de la máxima calidad. A todo el mundo se le vienen a la cabeza localizaciones geográficas que destacan y se identifican con el cultivo de un producto. Almería es y debe seguir siendo la tierra del tomate y con el trabajo de todos y la incorporación de empresas que reflejen a la perfección la filosofía de calidad, seguridad y sabor de la IGP, como es el caso de Biosabor».

Biosabor es una empresa familiar, cuya andadura comenzó en el año 2008 y que en este tiempo se ha mostrado como una compañía innovadora y capaz de superarse campaña tras campaña. Integrada por productores con más de quince años de experiencia en el cultivo del tomate, su filosofía ahora es la de la apuesta clara y firme por un cultivo 100% ecológico, innovador y sostenible, que persigue la recuperación del verdadero sabor de las frutas y hortalizas. Su filosofía de trabajo se basa en la gestión de la recolección, manipulado y envasado de productos con la máxima frescura natural en la Comarca de Níjar, aprovechando las más de 3.000 horas de luz que ‘riegan’ al tejido productivo cada año y el entorno extraordinariamente adecuado para el cultivo. Ello, junto a la distribución geográfica de sus centros de producción (invernaderos) en zonas de temperaturas más frías y más cálidas, permite que la producción de tomate se realice durante todo el año y en óptimas condiciones y con el máximo cuidado por el Medio Ambiente.

El tomate de La Cañada es un tomate diferente, único. Lo es por las condiciones en las que se cultiva, en cuanto al agua, el clima, la luz, la tierra y la tradición y sabiduría de los agricultores que lo producen, pero también por las exigencias que se han implantado las empresas que componen este Consejo Regulador, desde el control de trazabilidad y el sistema APPCC hasta certificados como el de producción controlada de AENOR UNE 155.102:2001, el de producción integrada y el de agricultura ecológica, así como la gestión de la calidad conforme a la UNE en ISO 9001:2000 en todas las empresas comercializadoras inscritas, pasando por la garantía de que todo el producto comercializado es de categoría extra y primera, el calendario de producción, la caracterización organoléptica o el cultivo de variedades específicas. Estas empresas que conforman la IGP, que son Casur, Costa de Níjar, Vegacañada, Agroponiente Natural Produce, Parque Natural, Coprohníjar y Biosabor, alcanzaron un volumen de producción certificada por el Consejo Regulador cercano a las 12.000 toneladas en la pasada campaña. El tomate de La Cañada se comercializa en la práctica totalidad de los países europeos durante los 365 días del año, con especial incidencia en países como Alemania, las zonas nórdica y báltica, Francia, Reino Unido, Rusia, Polonia, Italia y otros. Se trata de un tomate que está considerado dentro la IGP en sus cuatro tipos comerciales: redondo liso, oblongo, en racimo, ‘cherry’ y asurcado, que tras el reconocimiento europeo se ratifican en el máximo nivel de excelencia en el ámbito europeo.

María José Martínez Pardo

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