Fumonisina, zearalenona y ocratoxina: riesgos en el maíz

Las micotoxinas son metabolitos tóxicos generados por hongos que contaminan cultivos como el maíz, sobre todo en condiciones de humedad o almacenamiento inadecuado. Su presencia representa un desafío constante en agricultura y ganadería, pues incluso a bajas concentraciones pueden alterar la salud animal y comprometer la seguridad alimentaria. Comprender qué implican la fumonisina en maiz y otras micotoxinas resulta esencial para mitigar riesgos en la cadena de producción.

Qué son las micotoxinas del maíz

El maíz es un cereal fundamental en la dieta de animales de producción. Sin embargo, es vulnerable al ataque de hongos como Fusarium o Aspergillus, responsables de liberar toxinas dañinas. Estos compuestos no se destruyen fácilmente con el calor ni con procesos convencionales, lo que significa que pueden llegar intactos a los piensos y, en menor medida, a la alimentación humana.

Efectos principales en la producción animal

Las micotoxinas afectan a diferentes niveles: reducen la palatabilidad de los piensos, limitan la ganancia de peso y debilitan el sistema inmunitario. Además, ciertas toxinas alteran la reproducción, afectan órganos vitales como el hígado y los riñones, y pueden desencadenar patologías graves en caballos, cerdos o aves. En consecuencia, los costos asociados a sanidad, tratamientos y pérdida de productividad aumentan de forma significativa.

Micotoxinas más relevantes en el maíz

Entre las múltiples micotoxinas detectadas en cereales, tres destacan por su impacto en la seguridad agroalimentaria:

  • Fumonisina: Producida por el hongo Fusarium, se asocia a enfermedades neurológicas en caballos y problemas respiratorios en cerdos.
  • Zearalenona: De carácter estrogénico, interfiere en la reproducción de los animales, en especial del ganado porcino.
  • Ocratoxina: Reconocida por su toxicidad renal, puede afectar también al hígado y comprometer la longevidad del ganado.

Aunque la regulación varía según países y organismos internacionales, todos coinciden en que es necesario mantener sus niveles al mínimo posible para proteger tanto al consumidor como a los animales.

Importancia del monitoreo y control

El análisis periódico de micotoxinas en maíz permite anticipar riesgos y adoptar estrategias de manejo más seguras. La calidad de los granos depende no solo de la genética y el clima, sino también de la vigilancia aplicada durante cosecha y almacenamiento.

Compañías especializadas como Dellait subrayan la necesidad de monitorear de forma continua estos compuestos. La gestión responsable garantiza que el maíz mantenga un estándar seguro y competitivo en los mercados internacionales, reduciendo el impacto de las micotoxinas en la producción animal y en la salud pública.

Avatar de Redacción

Ver todos los artículos de


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Agricultura IDEAL

© CMA Comunicación. Responsable Legal: Corporación de Medios de Andalucía S.A.. C.I.F.: A78865458. Dirección: C/ Huelva 2, Polígono de ASEGRA 18210 Peligros (Granada). Contacto: idealdigital@ideal.es . Tlf: +34 958 809 809. Datos Registrales: Registro Mercantil de Granada, folio 117, tomo 304 general, libro 204, sección 3ª sociedades, inscripción 4