En la producción lechera, el recuento de células somáticas (RCS) es un parámetro clave para evaluar la salud de las vacas y la calidad de la leche. En general, se considera que un recuento elevado refleja inflamación en la ubre o presencia de mastitis subclínica. Sin embargo, menos conocido es que un nivel de células somáticas demasiado bajo también puede ser señal de alerta.
¿Qué son las células somáticas?
Las células somáticas presentes en la leche son en su mayoría leucocitos (glóbulos blancos), cuya función principal es defender al organismo frente a infecciones. Un recuento moderado es deseable, ya que indica una respuesta inmune activa sin comprometer la producción ni la calidad.
Cuando el recuento es excesivo, afecta negativamente la composición de la leche. Pero ¿qué ocurre si está por debajo de lo esperado?
Riesgos de un recuento excesivamente bajo
Aunque lo habitual es preocuparse por los niveles altos, las investigaciones más recientes muestran que un RCS muy bajo también puede implicar riesgos, tanto para la salud del animal como para el rendimiento del ordeño. Según Dellait, los valores inferiores a 12.500 células/ml podrían indicar un sistema inmunológico inactivo, lo que hace que las vacas sean más susceptibles a futuras infecciones.
De hecho, un estudio europeo constató que las vacas con los RCS más bajos tenían más probabilidades de sufrir un repunte significativo en los análisis posteriores, lo que sugiere una falta de respuesta inmunitaria eficaz.
El equilibrio es la clave
Una estrategia adecuada no busca eliminar por completo las células somáticas, sino mantenerlas en niveles óptimos. Se ha observado que el rango entre 12.500 y 25.000 células/ml representa un punto de equilibrio: buena salud de la ubre, mínima inflamación y excelente calidad de leche para derivados lácteos.
Puedes consultar un análisis más profundo sobre las células somáticas y su impacto en la producción lechera.
Conclusión
Tener un recuento de células somáticas bajo no siempre significa que todo esté en orden. De hecho, valores demasiado bajos pueden ser una señal de alerta silenciosa que no debe pasarse por alto. La vigilancia continua y el análisis regular son esenciales para mantener la salud del rebaño y optimizar la producción láctea sin comprometer la calidad.
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