Las leguminosas forrajeras desempeñan un papel crucial en la alimentación del ganado, no solo por su contenido proteico, sino también por su capacidad para mejorar la fertilidad del suelo gracias a la fijación de nitrógeno. Entre las alternativas más interesantes a la alfalfa, especialmente en regiones donde esta no se desarrolla con éxito, destaca la veza común (Vicia sativa L.), una opción cada vez más valorada por sus beneficios agronómicos y nutricionales.
¿Por qué considerar la veza común?
Aunque la alfalfa ha sido históricamente la referencia en materia de forraje por su alto valor nutricional, su cultivo no siempre es viable. Factores como el pH del suelo, las temperaturas extremas o la disponibilidad de agua pueden limitar su rendimiento. En este contexto, la veza común ofrece una alternativa eficiente, especialmente en climas templados con inviernos moderados, gracias a su resistencia al frío (hasta -10 °C) y su adaptabilidad.
Además, al igual que otras leguminosas forrajeras, la veza contribuye a la salud del suelo, reduciendo la necesidad de fertilizantes nitrogenados, y puede utilizarse tanto en monocultivo como en asociación con cereales de invierno, aumentando así la productividad por hectárea.
Producción y rendimiento nutricional
Estudios recientes realizados en regiones como Zacatecas (México) han demostrado que la veza común puede alcanzar rendimientos de hasta 20 toneladas de forraje fresco por hectárea a los 100 días de siembra. En ese momento, su contenido de proteína bruta oscila entre el 27 % y el 29 %, con niveles óptimos para su aprovechamiento en raciones para vacas lecheras y otros rumiantes.
La mayor calidad se encuentra en las hojas verdes, que superan en proteína y digestibilidad al tallo, haciendo de esta fracción la más recomendable para la alimentación animal. Esto la convierte en una leguminosa competitiva frente a otras opciones menos nutritivas como los cereales.
Recomendaciones de cultivo
Para obtener los mejores resultados, se aconseja sembrar la veza a razón de 80 kg/ha, con riego por goteo y cosechas cada 14 días a partir del día 47. No obstante, el momento óptimo para la cosecha —cuando se equilibra el rendimiento y la calidad proteica— es alrededor de los 100 días desde la siembra, justo antes del inicio de la senescencia foliar.
Conclusión
La veza común se consolida como una opción estratégica dentro de las leguminosas forrajeras, ideal para diversificar las fuentes de proteína en la alimentación animal. Además, su cultivo favorece la sostenibilidad agrícola y la eficiencia productiva, siendo una excelente alternativa en regiones donde la alfalfa no prospera.
Aquellos interesados en conocer más sobre nutrición animal y forrajes pueden encontrar información actualizada en Dellait, un referente internacional en soluciones para el manejo lechero.