Es uno de los propósitos que persigue la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (Coag) de Almería desde hace tiempo. Un cambio en la forma de afrontar la comercialización de los productos y una reacción de las Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas (OPFH) y la asociación que las representa ante las situaciones de crisis de mercado cuando las haya. Pero sobre todo, lo que busca es que se haga un trabajo previo para intentar que los precios no registren bajones y subidas altas a lo largo del ejercicio.
«Lo ideal para los productores es mantener un equilibrio en los precios de venta de sus frutas y hortalizas», comentó Andrés Góngora, secretario provincial de Coag Almería, quien, junto a Antonio Moreno, secretario de organización, compartió un encuentro con la prensa para presentar la campaña que inician con el objetivo de dar un giro a la mentalidad comercial almeriense, primero llegando con su propuesta a los agricultores -auténticos dueños de las cooperativas- y después a la «agricultores ejecutivos» que son los que están representando a las Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas en sus respectivas juntas rectoras. La intención manifiesta de Coag es hacer entender al sector en su conjunto las ventajas de «estabilizar los precios» frente a las «montañas rusas que dibujan las cotizaciones semanales durante toda la campaña hortofrutícola».
Como ejemplo, el secretario provincial de Coag mostró las gráficas de la campaña en todos los productos para evidenciar los altibajos que registran los valores que toman en origen las frutas y hortalizas, a pesar de que «de finales de octubre a marzo Almería domina el mercado en cinco productos», dijo Góngora para referirse al calabacín, pimiento, tomate, pepino y berenjena.
En Coag proponen diferentes medidas, tal y como vienen haciendo años. En ocasiones sola y en otras acompañada por otras organizaciones, la coordinadora agraria siempre insistió, y lo vuelve a hacer, en la imperiosa necesidad de que las OPFHs utilicen los mecanismos de gestión de crisis de forma coordinada. Este trabajo «lo tiene que hacer Aproa, legalmente autorizada para ello», recalcó Andrés Góngora.
A pesar de ser una medida que va en beneficio del conjunto del sector, pues autorizar la retirada de producto para derivarlo a distribución gratuita o destrucción y alimentación animal (ambas fijadas en la normativa europea con diferentes precios a percibir), como explicó Góngora revierte en un ajuste de la oferta en el mercado y por tanto los precios suben.
Oportunidad
En España rige una Ley de la Cadena Alimentaria en la que se establecen normas para la compraventa en origen de productos agroalimentarios, una legislación «que está comenzando a funcionar», dijo Góngora. El problema es que su ámbito de aplicación es nacional y puede evitar prácticas abusivas en la cadena, entre ellas la venta a resultas o lo que es lo mismo sin precio antes del envío, solo en España. Almería exporta más del 70% de su producción, y en estas relaciones con el exterior actualmente no existe ninguna normativa establecida.
Sin embargo, «ahora tenemos, Almería, una oportunidad», apuntó Góngora, al referirse a la futura directiva europea que recoge gran parte de la Ley de la Cadena Alimentaria española. «Nos hubiera gustado que la Comisión Europea hubiese optado mejor por un reglamento, y por tanto de obligado cumplimiento para todos los Estados miembros», valoró el secretario provincial de Coag. No obstante, «es positivo» y «estaremos expectantes para ver el desarrollo de la directiva que hacen los gobiernos de nuestros principales clientes, como el alemán y holandés».
Y es que, otra de las medidas que piden a las comercializadoras es que rubriquen contratos en los que se aclare el precio de venta de los productos, así como otros aspectos como el periodo de pago, etcétera. «En muchos casos los agricultores no saben al precio que les pagan el género hasta pasadas semanas».