España es el país que mayor producción olivarera tiene a nivel mundial, y más de la mitad de esa producción nacional se desarrolla en Andalucía. Jaén es la provincia líder, aunque también destacan Córdoba, Granada, Sevilla y Málaga. De ahí que sea en esta comunidad donde mayores avances tecnológicos se registren en las últimas cinco o seis décadas por parte de fabricantes, agricultores y universidades, tanto para su recolección como para fertilización, limpieza y otras labores en el campo, además de las relacionadas con la transformación de la aceituna.
La etapa de la recolección es la más onerosa, pues se lleva alrededor del 50 por ciento del coste total de producción. Es por eso que en este tiempo se han invertido muchos esfuerzos en la mecanización de sistemas para recolectar el producto, que varían según la tipología del olivar, ya sea tradicional, intensivo o superintensivo; si es de secano o de regadío; junto a otras características como el nivel de producción o la orografía de la explotación.
Los sistemas de derribo pueden ser mediante el método de vibración o de sacudida. En el primer caso, hay vibradores de ramas, que pueden ser manuales o acoplados al tractor; o vibradores de troncos, que pueden ser acoplados, plataformas de recolección o autopropulsados. Respecto al método de sacudida, los vibradores de ramas son manuales, pero los de copa pueden ser arrastrados o autopropulsados, y en ambos casos laterales o cabalgantes.
Según el sistema de derribo, existen varios tipos de recolección que requerirán de una u otra maquinaria, que se escoge en función de la tipología de olivar. El más extendido es el olivar tradicional, pues representa aproximadamente el 75 por ciento de la superficie a nivel nacional. En el caso del olivar no mecanizable se utilizan máquinas vibradoras de ramas de sistema manual apoyado por vareado. La ventaja sobre los vibradores autopropulsados o tractores es que estos no pueden acceder por el tipo de terreno y el espesor de los plantones.
También en el ámbito del olivar superintensivo hay novedosas maquinarias que optimizan la labor agrícola, tanto de poda como de recolección. En cuanto a lo primero, es fundamental actuar sobre los laterales del seto y sobre su altura para mantener un tamaño adecuado, así como eliminar las ramas más bajas debido a su menor productividad. Para la poda de rebaje y lateral se dispone de barras de discos rotativos y de barras rectilíneas con cuchillas triangulares parecidas a las barras de siega de cereales.
novedades en recolección
En lo referente a la recolección, el mayor desarrollo del sector de maquinaria para el olivar en seto han sido las cosechadoras de aceitunas que pasan sobre las filas de plantas. Inicialmente se utilizaban las vendimiadoras autopropulsadas, aunque luego se han desarrollado modelos aptos para viñedo y olivar, y otros exclusivos para olivar. Recientemente se introdujo un modelo de cosechadora arrastrada por tractor estrecho específica para el olivar, pues una de las tendencias es que las máquinas para este cultivo tengan una altura más elevada y un túnel de recolección más ancho que las vendimiadoras. Como las ramas más altas son flexibles, aunque tengan más altura que el extremo superior del túnel de recolección se pueden combar y entrar en él.
En algunas cosechadoras de aceituna se han añadido, en la parte inferior de la entrada del túnel de recolección, pequeñas varillas inclinadas que desvían hacia arriba las ramas muy bajas de los olivos, para que las aceitunas derribadas puedan ser interceptadas y no se pierdan en el suelo. En lo que ha habido también novedades es en el sistema de limpieza antes de que las aceitunas lleguen a la tolva de la máquina. De algunos modelos se ofrecen versiones con dos tolvas, una a cada lado de la máquina, o de una en un lado y un brazo de descarga en el otro, lo que permite enviar las aceitunas a un remolque que circule en paralelo.
Dentro del amplísimo espectro de la innovación en este tipo de maquinaria, también destacan modelos que aún no han sido comercializados destinados al olivar tradicional, que no dispone de cosechadoras integrales para su recolección. Al ser sistemas compuestos son más costosos y es más lento su desarrollo, aunque pueden ser amortizados con el tiempo porque reducen costes. Por ejemplo, destacan dos sacudidores de copa arrastrados que, a la vez que se desplazan alrededor del olivo, son capaces de tirar el fruto, hacer una prelimpieza y almacenarlo, todo ello de forma autónoma.
Otros sistemas consisten en atomizadores adaptados a las necesidades del olivar tradicional, que son capaces de reconocer la forma del árbol, aproximando o alejando las boquillas para que el producto se aplique lo más cerca posible. Detectan también la presencia del árbol, por lo que dejan de funcionar cuando se ha sobrepasado.
Otras novedades son equipos de herbicidas que incorporan sensores de detección de vegetación, con lo cual las boquillas están cerradas, a menos que se detecte la presencia de hierba, con lo que se reduce en gran medida la cantidad de fitosanitarios aplicados. Otros equipos en desarrollo están destinados a mejorar la recolección de olivar intensivo, como plataformas o cosechadoras cabalgantes.
también para la almazara
Dentro de los avances tecnológicos que están apareciendo para el olivar, no solo destacan los que optimizan el trabajo en el campo, sino también aquellos para mejorar la eficiencia de las almazaras y elevar la calidad de los aceites obtenidos. Por ejemplo, se han lanzado ya al mercado sistemas y control de batido de las líneas de extracción de aceite de oliva, así como nuevos equipos de bombeo de masa de aceituna y orujo. También aparecen nuevos equipos auxiliares y periféricos que se han renovado totalmente con prestaciones mejoradas, así como nuevas líneas de centrífugas. A ello se suman otros equipamientos novedosos que mejoran el rendimiento de la almazara, con un manejo mucho más sencillo y mayor eficiencia energética.
El olivar es un cultivo de gran importancia en el sector primario español y el desarrollo de maquinaria agrícola específica no para de evolucionar, tanto en la labor de recolección como en el mantenimiento, transporte o manipulación, y todo ello a través de muy diversos equipamientos como tractores olivareros, vibradores, desbrozadoras, trituradoras, vendimiadoras para olivos, pinzas vibradoras, aspiradoras de olivas, estrujadores o despalilladores, entre otros. Lo que está claro es que el futuro del trabajo del olivar está enfocado al ahorro energético, al menor impacto medioambiental y a la ergonomía de las máquinas, recogiendo las preocupaciones actuales del sector.