La semana pasada tuvo lugar una reunión informal de los ministros de Agricultura de la Unión Europea en la que reconocieron que es preciso mejorar la gestión de los riesgos que acechan al sector agrario, y para ello, se debe ofrecer a los agricultores una herramientas adecuadas que les permitan mejorar su actuación en situaciones de crisis, teniendo en cuenta que éstas que pueden tener diferente origen (mercado, precio, seguridad alimentaria, etcétera).
Prueba de ello, a juicio de la Asociación de Jóvenes Agricultores de Almería (Asaja), son los efectos que las negociaciones políticas han tenido y tienen sobre el sector agroalimentario, y por poner un ejemplo, ahí están el veto ruso, el Brexit o las negociaciones de acuerdos de libre comercio con Países Terceros, sin que los agricultores puedan hacer nada al ver cómo estas situaciones afectan al poder adquisitivo y a la renta de los agricultores.
Para esta organización agraria este planteamiento de los ministros de Agricultura supone el reconocimiento de que el agricultor no cuenta con el apoyo necesario para hacer una eficiente gestión de todos estos riesgos, y que los actuales mecanismos o herramientas deben ser aún mejorados, tal y como se planteó, ya que dentro de la PAC esta gestión de riesgos no permite a los agricultores resolver los problemas de ingresos o de precios, que por otro lado son frecuentes, y tampoco se les garantiza una renta mínima o un cierto nivel de competitividad. Por ello, Asaja insiste en la necesidad de establecer un «cinturón de seguridad» para el sector agrario, elevando los precios de retirada y mejorando los mecanismos de gestión de crisis, ya que son la única herramienta que en la actualidad tienen las OPFH para poder regular el mercado en momentos de dificultad y que por el momento resultan insuficientes.
Aquí aparece otra cuestión importante en la que avanzar: el bajo nivel de integración en Organizaciones de Productores, que en el caso de Almería y Granada ronda el 50% mientras que en Holanda el nivel ronda el 90% por lo tanto, se complica el hacer gestión de crisis, y lo que es peor, el comercio vive tranquilo basando su estrategia en la venta de kilos y toma como referencia esos bajos niveles de asociacionismo para no llevar a cabo las medidas de gestión de crisis vigentes. Ayer, durante el encuentro que Asaja mantuvo con el consejero de Agricultura, Francisco Vargas, trasladó de nuevo la necesidad de que se amplíe el número de entidades benéficas que pueden recibir producto procedente de las retiradas, ya que el destino a distribución gratuita es la opción más viable al estar sufragada al 100% por fondos europeos para crisis y que además, permite unos precios de retirada más adaptados a la realidad (aunque aún están lejos de los costes) que los precios para otros destinos.
La patronal agraria comparte, y así lo manifestó, el posicionamiento de que la PAC debe también proporcionar herramientas eficaces, flexibles y ágiles para actuar en momentos de crisis y fomentar esta competitividad de los agricultores europeos en un mercado abierto y global, por ello, ahora que se vuelve a retomar el debate sobre la nueva PAC creemos que es una oportunidad para dar a la gestión de crisis el papel relevante que tiene que tener, y por esta razón, todas las herramientas y situaciones deben ser tenidas en cuenta para garantizar que todos los sectores productivos y los agricultores dejen de estar solos ante los riesgos y tengan un soporte adaptado a sus necesidades.