En primer lugar consideran de vital importancia el proceso de participación de las organizaciones de carácter económico, social y ambiental vinculadas al medio rural en todas las fases de la programación 2014-2020.
Por este motivo solicitan que a través del Acuerdo de Asociación se implemente un proceso de participación «activo» y no meramente informativo, en el cual la sociedad civil a través de sus representantes legítimos pueda participar en todas las fases. Y este proceso aplicado tanto al Programa Nacional de Desarrollo Rural, como al Marco Nacional y a los respectivos PDR de las Comunidades Autónomas, y las normas posteriores de desarrollo de dichos programas.
Reclaman que la Red Rural Nacional posea dentro de este programa un protagonismo mucho mayor que el propuesto, dotándola de una ficha financiera acorde con los buenos resultados logrados en el período anterior a través de los proyectos piloto y de cooperación gestionados por las organizaciones de la sociedad civil, que deben seguir siendo parte fundamental de la RRN.
Dado que el Programa Nacional va a resultar bastante limitado tanto en presupuesto como en medidas, consideran indispensable que el Marco Nacional contenga como elementos comunes cuestiones tales como la incorporación de jóvenes agricultores, los servicios de asesoramiento a explotaciones agrarias, la Red Natura 2000, la prevención y extinción de incendios, la forestación y creación de sistemas forestales y mejora de los existentes, el aprovechamiento de la biomasa, inversiones en gestión forestal sostenible, transformación y comercialización de productos forestales, incremento del valor económico de los bosques, la competitividad y mejora de la viabilidad económica de las explotaciones agrarias y forestales, la agricultura ecológica, la mejora del estado de las masas de agua, la cooperación, una medida agroambiental para la ganadería extensiva, apoyo a Sistemas de Alto Valor Natural, LEADER.
En cuanto al Marco Nacional, se deberían sentar las bases para que en los PDR se desarrollasen determinados «subprogramas temáticos», como algunos de los que propone el propio reglamento FEADER (jóvenes agricultores, mujeres rurales, adaptación al cambio climático, zonas de montaña…) con el objeto de dotar de mayor prioridad, financiación y coherencia a lograr los fines perseguidos con la aplicación de las diversas medidas que posibilita el reglamento.
Respecto a la parte de cofinanciación nacional por parte del Magrama, consideran que se trata de un porcentaje escaso y que de no incrementar de manera sustancial la parte cofinanciada de las CCAA, el resultado final será una pérdida de fondos para el mundo rural, a pesar de las cuantías del fondo comunitario FEADER.
En cuanto al LEADER reclaman que se le dote financieramente con carácter «plurifondo», aprovechando la posibilidad que permite el Marco Estratégico Común (MEC) de poder optar a la financiación de otros fondos estructurales, además del FEADER.
También preocupa el retraso en la puesta en marcha de las diferentes medidas en el propio territorio, retraso habitual en cualquier inicio de programación plurianual, pero que debe aminorarse en la medida de lo posible, agilizando todas las fases de las que consta esta planificación. En este sentido les parece oportuno que se envíen los borradores de las CCAA que los tengan preparados y cumplan todos los requisitos exigidos por la Comisión, con el fin de que 2015 sea un año operativo, incluso el cuarto trimestre de 2014.
En definitiva, esperan que este período actual sirva para construir el pilar básico en el que se enmarcarán muchas de las acciones que se realicen en favor del desarrollo rural en los próximos siete años y que el resultado de esta programación 2014-2020 dote de unos instrumentos y medios que tengan por objeto lograr un medio rural más equilibrado territorialmente, más equitativo socialmente y más sostenible ambientalmente.