El Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea y Marruecos, vigente desde el primer día del pasado mes de octubre, fue uno de los temas que centró el debate político en la última Comisión de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente en el Senado. Miguel Arias Cañete, ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente aseguró al respecto que «el Gobierno asegurará el cumplimiento del vigente acuerdo, y que además, impulsará la competitividad del sector hortofrutícola». Desde la Oposición, solicitaron al ministro que tenga en cuenta todos los argumentos que han aportado las organizaciones agrarias, Asaja, Coag y UPA, así como otros colectivos que representan a las empresas de comercialización, par estar vigilante a las posibles infracciones que se lleven a cabo sobre el documento que se negoció y aprobó en su día. Así, Fuensanta Coves, portavoz del PSOE en la Comisión Agricultura, Pesca y Alimentación apuntó que «para UPA el Acuerdo traerá más paro, más competencia desleal, más inseguridad alimentaria, menos jornales y, en definitiva, más crisis, que según Coag, provocará unas pérdidas por valor de 8.500 millones de euros para el campo español, y para Hortyfruta destruirá 12.000 empleos en Andalucía y traerá pérdidas económicas por campaña de un millón de euros por comercializadora y 10.000 euros por agricultor». Asimismo, Coves recordó a Arias Cañete que tuviese en cuenta las «diez razones aportadas por Asaja».
Sin embargo, el ministro de Agricultura mantuvo su posición y defendió el trabajo que se está llevando por parte del Gobierno para que este protocolo se cumpla y no conlleve efectos negativos en el desarrollo comercial de los productos hortofrutícolas. En la línea Arias Cañete explicó que España ha conseguido, junto con Francia e Italia, modificar la normativa que regula el control del precio de entrada de los productos que disponen de este mecanismo cuando son importados con destino a la UE. Según el ministro, «el cumplimiento del régimen del precio de entrada permitirá asegurar precios mínimos en los mercados comunitarios y mantener unas rentas mínimas a los productores que les incentive a continuar en su actividad».
El ministro de Agricultura mostró durante su comparecencia el compromiso de controlar las cantidades de producto que llega a territorio comunitario desde Marruecos. Así, afirmó que se va realizará un seguimiento coordinado con la Comisión «sobre las cantidades despachadas en las aduanas, con lo que se podrá evaluar el cumplimiento y evolución de los contingentes y de la capacidad de exportación de Marruecos hacia la Unión Europea».
En la segunda línea de trabajo que pone en marcha el Gobierno, la mejora de la competitividad, Arias Cañete se refirió a la existencia de los Programas Operativos que implementan desde las Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas. Así, manifestó que «el sector español de frutas y hortalizas dispone de los Programas Operativos que desarrollan OPFH, con programas de inversión dirigidos a mejorar la producción, comercialización, calidad y utilización de técnicas de cultivo y comercialización respetuosas con el medio ambiente».
Beneficios del Acuerdo
Además de insistir en que no existe una liberalización total del mercado entre ambos territorios, haciendo alusión a las limitaciones que se mantienen para algunos productos, denominados sensibles, y asegurar que están protegidos, el ministro de Agricultura enumeró los aspectos beneficiosos del Acuerdo para el sector nacional, basados, principalmente, en las oportunidad que se ofrece al tejido productivo español de exportar frutas y hortalizas y otros productos agro alimentarios a Marruecos. Así, comentó el ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, «la apertura del mercado marroquí a la importación de productos procedentes de la Unión Europea. A colación señaló Arias Cañete, «se suprimen por Marruecos los derechos arancelarios para todas las hortalizas y los cítricos y se liberalizan, en un plazo de cinco años, las exportaciones de melocotones, cerezas, albaricoques y aguacates, entre otros productos». Asimismo, añadió, «se liberalizan gran parte de los cereales y otros productos como quesos y ciertos aceites vegetales, y en diez años, algunos lácteos, embutidos y confituras»