El consejero de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, Luis Planas, ha recalcado la importancia de contar, «ahora más que nunca», con una PAC fuerte y, por tanto, «con presupuesto suficiente para apoyar una agricultura sostenible, competitiva y generadora de empleo que haga posible la cohesión social y económica de los territorios rurales». Planas ha realizado estas declaraciones en el transcurso de su intervención en la mesa redonda «Sin agricultura no hay futuro para Europa. 50 años de PAC. Hoy, más necesaria que nunca», celebrada con motivo de la presentación del Anuario 2012 «Agricultura Familiar en España» y la entrega de los premios de la Fundación de Estudios Rurales de UPA.
En su opinión, hay que seguir velando, en el marco de su proceso de reforma, por una PAC que permita seguir mejorando la competitividad de las explotaciones, la calidad y seguridad de los alimentos, la calidad de vida en el medio rural, y la sostenibilidad y protección del medio ambiente. «Una Política Agrícola Común centrada en las personas y territorios, que suponga una garantía para la renta de los agricultores y les permita seguir desarrollando un servicio público tan inestimable como es la provisión a la sociedad de alimentos diversos, seguros y de calidad».
Planas ha insistido en la importancia de preservar a través de la PAC un sector de tanto valor estratégico para Andalucía como el agroalimentario, de gran dimensión económica y social (8% del Producto Interior Bruto andaluz (PIB) y el 9% del empleo). «Lejos de ser un lastre, viene actuando como motor económico, con unas exportaciones cada vez mayores, que en 2011 crecieron un 5% y en el primer cuatrimestre de 2012,un 5,7%», ha apuntado.
En ese sentido, y entre las principales cuestiones reivindicadas por Andalucía en la reforma de la PAC, el consejero se ha referido a las ayudas del 2º Pilar (Desarrollo Rural), que considera fundamentales para mejorar la competitividad y sostenibilidad de su agricultura y ha recordado que en el próximo marco, la comunidad autónoma andaluza dejaría de ser región de convergencia, reduciéndose de forma significativa la cofinanciación con fondos europeos de las medidas de desarrollo rural, que del 75-80% bajaría al 50%, así como la cantidad de ayuda. Por ese motivo, desde Andalucía se considera que España debe demandar con fuerza la creación de la figura de «regiones en transición», al igual que se propone en la normativa de fondos estructurales, para alcanzar al menos el 75% de cofinanciación y una mayor dotación presupuestaria.
Igualmente, y dada la gran riqueza y diversidad del sector agrario andaluz, el consejero considera necesario un reparto regional que tenga en cuenta criterios objetivos de carácter productivo, administrativo y económico. En esa línea, las mayores ayudas deben dirigirse a las superficies que tengan realmente actividad agraria y a sectores y sistemas productivos que por sí mismos sustentan el desarrollo socioeconómico de los núcleos rurales. En definitiva, para Luis Planas, «la PAC debe seguir siendo el instrumento que garantice el actual modelo europeo de agricultura familiar y mantenga vivos nuestros pueblos, como ocurre en el caso de Andalucía, comunidad en la que cerca del 25% de su población vive en municipios rurales».
Retomando uno de los objetivos primigenios de la PAC, la necesidad de estabilizar los volátiles mercados agrarios, desde Andalucía se defiende la importancia de contar con mecanismos que permitan obtener unos precios justos para los agricultores, reduciendo sus incertidumbres, ya que, aunque las ayudas directas constituyen una red de seguridad no hay que olvidar que los productores obtienen en torno a un 80% de su renta del mercado. A ese respecto, el consejero ha resaltado el apoyo a la concentración de la oferta como medida fundamental para dotar de un mayor equilibrio a la cadena de valor alimentaria y mejorar la posición negociadora de los productores frente a la gran distribución. Además, ha calificado de muy positiva la posibilidad que abre la futura PAC de financiar los proyectos de concentración de oferta a través del fondo Feader.
No obstante, ha señalado que las propuestas de la Comisión de mejorar el funcionamiento de la cadena agroalimentaria, dando un mayor protagonismo a las organizaciones interprofesionales y de productores, adolecen de falta de concreción y ambición para fijar las excepciones a la normativa de la competencia, de manera que los agricultores puedan negociar de forma colectiva.
En su opinión, «todos esos esfuerzos para dotar de un mayor equilibrio y estabilidad a la cadena agroalimentaria deberían complementarse, con una normativa que regule las relaciones comerciales entre los productores y la gran distribución. Sobre esta cuestión, el anteproyecto de Ley de la Cadena Alimentaria que está preparando el Ministerio, podría contribuir a evitar las prácticas comerciales abusivas que perjudican al eslabón más debil (el agricultor)».
Finalmente, Luis Planas ha afirmado que la nueva Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente aglutina todas las competencias necesarias para una aplicación integral de la Política Agrícola Común (PAC) en Andalucía. En su opinión, «ello nos permitirá abordar de forma más eficaz retos como la conservación de la biodiversidad, la lucha contra el cambio climático o la gestión eficiente del agua».
Merced a ese enfoque integrador, el consejero de Agricultura, Pesca, y Medio Ambiente ha destacado que la nueva Dirección General de Desarrollo Territorial, no sólo se encargará de la aplicación del enfoque Leader (dentro de las ayudas al Desarrollo Rural) en Andalucía, sino también de todas aquellas medidas de diversificación económica y desarrollo dirigidas al uso sostenible de los recursos naturales.