CERES Andalucía, representada por CERES y COAG Almería, ha iniciado hoy en la provincia una campaña informativa y divulgativa sobre qué son los transgénicos y por qué debemos rechazarlo. La Presidenta de CERES Andalucía y Responsable regional del Área de Igualdad y Mujer de COAG, Mª Carmen Ramón, ha destacado que los consumidores deben divulgar el mensaje que se está trasladando estos días en la provincia porque «nuestras hortalizas son las mejores que se cultivan en Europa. Hay que tener preferencia a la hora de llenar la cesta de la compra y hay que tomar conciencia de la amenaza que supone el cultivo de transgénicos ya que, por ejemplo, vendrían a contaminar totalmente nuestras producciones que son las mejores hortalizas de Europa y no tendríamos dónde venderlas porque en la UE existe un rechazo mayoritario a los productos que estén cultivados con semillas transgénicas».
Por su parte, el Secretario Provincial de COAG Almería, Andrés Góngora, ha señalado la necesidad de que «seamos consumidores activos y bien informados. La semana que viene es el fatídico aniversario de un acontecimiento que puso en jaque la agricultura de la provincia: la crisis de la E.Coli. Fuimos primera plana en los medios de comunicación de todo el mundo como los malos de la película aunque rápidamente pudimos demostrar que nuestros productos eran inocentes de cualquier acusación. Decimos que no a los transgénicos porque es un debate vacío si tenemos en cuenta que el conjunto de consumidores de España los rechazan así como países europeos como Austria, Alemania, Francia, Grecia, Hungría, Italia y Polonia quienes han prohibido su cultivo o han introducido restricciones».
Colaboración Ayuntamiento de Vícar
La campaña, donde se han repartido trípticos informativos y verduras de la tierra, ha contado con el apoyo del Ayuntamiento de Vícar quien también es partícipe del proyecto. «Es muy importante informarnos a cerca de qué son los transgénicos. La seguridad alimentaria no es algo que nos preocupa no sólo a nosotros, por eso se está haciendo en todos los continentes y en todos los pueblos de la tierra y por eso se están desarrollando una serie de actividades y de programas en Latinoamérica que están impulsados por organizaciones como COAG y dentro de ésta por CERES», afirma el alcalde de Vícar, Antonio Bonilla, quien ha explicado que «este pacto lo han firmado una serie de ayuntamientos de toda Europa y entre ellos estamos nosotros porque deseamos que la seguridad alimentaria que queremos para nosotros también puedan disfrutarla el resto de ciudadanos del mundo. Veo muy loable que COAG que a parte de ser una organización reivindicativa del sector agrario también se preocupe de las características y la seguridad que deben tener todos los alimentos que consumimos».
Impacto de los transgénicos
Las semillas transgénicas o genéticamente modificados conlleva peligrosos impactos en nuestro entorno, en la agricultura e incluso en nuestra salud. Así lo detalla CERES en el tríptico repartido entre los consumidores donde se explica que cultivar transgénicos no es más barato ni implica una mayor producción, por lo que los únicos beneficiados son aquellas multinacionales que pretenden controlar la alimentación mundial.
El cultivo de transgénicos tiene un fuerte impacto sobre:
1. El entorno:
• Incremento del uso de agroquímicos.
• Contaminación genética.
• Desaparición de biodiversidad.
2. La agricultura:
El empleo de transgénicos limita el derecho a elegir de los agricultores que no cultivan transgénicos y además imposibilita la existencia de cultivos ecológicos:
• Contaminación genética de los cultivos no transgénicos. Los cultivos transgénicos pueden contaminar genéticamente a los que no lo son. La coexistencia es imposible.
• Aparición de resistencias.
• No aumentan las los rendimientos de las producciones agrícolas.
• Dependencia de los agricultores hacia unas pocas multinacionales.
• Rechazo de las producciones transgénicas por parte del mercado europeo.
3. La salud:
Existe un gran número de investigaciones independientes que están aportando pruebas, cada vez más claras, de los daños para la salud que supone no sólo el consumo de estos productos de laboratorio, sino además por las formas de producción que promueven:
• Aparición de nuevas alergias.
• Incremento de la contaminación en los alimentos, aparición de nuevos tóxicos (residuos químicos).
• Generación de resistencias a antibióticos.
• No se aplica el principio de precaución.