La Consejería de Medio Ambiente y la Junta Central de Usuarios del Acuífero del Poniente Almeriense han firmado hoy el convenio regulador para la construcción, el mantenimiento y la explotación de las infraestructuras de impulsión y bombeo de la Balsa del Sapo, en El Ejido (Almería), que tienen el objetivo de permitir el desagüe rápido del acuífero para reducir el nivel de las aguas y evitar la inundación del entorno en episodios de avenidas. El consejero de Medio Ambiente, José Juan Díaz Trillo, ha recordado que este nuevo sistema de bombeo e impulsión de agua es una solución provisional en tanto se redacta y ejecuta por parte del Gobierno central el proyecto del túnel de desagüe al mar elegido como solución definitiva para solucionar los problemas de inundación del núcleo ejidense de las Norias de Daza.
Durante la firma del acuerdo, en la que ha intervenido junto a Díaz Trillo el presidente de la Junta Central de Usuarios del Poniente Almeriense, Manuel García Quero, el consejero ha explicado que, en virtud de este convenio, corresponde a la Junta de Andalucía la ejecución de las nuevas infraestructuras de bombeo e impulsión adicional. Por su parte, la Junta Central de Usuarios se compromete al mantenimiento y explotación de todas las instalaciones, tanto las correspondientes al sistema de bombeo actual, como a las nuevas infraestructuras de bombeo e impulsión que va a ejecutar la Consejería de Medio Ambiente, con la finalidad de conseguir su reutilización en los riegos del campo de Dalías.
Díaz Trillo ha indicado que las obras consisten en la ejecución de un nuevo sistema de bombeo, el cual permitirá aumentar los caudales de impulsión que actualmente se bombean desde la Balsa en 500 litros de agua por segundo; así como de una tubería de impulsión de 800 milímetros de diámetro interior y 7.605 metros de longitud, con una inversión prevista de 9,2 millones de euros. Díaz Trillo ha subrayado que después de analizar numerosos estudios técnicos sobre la Balsa del Sapo, esta solución ha destacado como la alternativa más adecuada para resolver los frecuentes episodios de inundaciones que se producen actualmente en la zona, debido a las continuadas lluvias y al alto nivel de los acuíferos.
Según ha enfatizado, con la firma de este convenio, la Junta de Andalucía trata de implicar a los usuarios en la solución del problema con un doble objetivo, tanto el de propiciar su participación en la medidas que se adopten, como el de poder reutilizar el agua procedente de estos bombeos en los riegos del campo de Dalías, previo el tratamiento que en su caso sea necesario. Estas actuaciones son consecuencia de la aplicación de la Ley de Aguas de Andalucía que designa a las Comunidades de Usuarios como interlocutores de la Administración Hidráulica en la adopción de medidas para la recuperación de los acuíferos.
El titular de Medio Ambiente ha destacado que una vez que se ha producido la firma de este convenio, las obras para construir el nuevo sistema de bombeo e impulsión de la Balsa del Sapo se iniciarán en breve, toda vez que en próximas fechas se adjudicarán tanto las obras de la impulsión adicional, como el servicio de dirección de las mismas, licitado este último por 260.000 euros y un plazo de entrega de 14 meses.
El consejero ha recordado que la instalación del nuevo bombeo de la Balsa del Sapo es una medida provisional dirigida a evitar el ascenso de la lámina de agua y el consiguiente riesgo de inundación en el entorno de Las Norias, hasta la construcción del túnel de desagüe que se ha acordado como solución definitiva en el convenio rubricado entre el entonces Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino y la Junta de Andalucía.
Túnel de desagüe
El titular de Medio Ambiente ha indicado que las obras incluidas en el proyecto de construcción del túnel de desagüe, que será desarrollado por la Sociedad Estatal de Aguas Acuamed y la Consejería de Medio Ambiente, supondrán una inversión superior a los 40 millones de euros. La infraestructura prevista consiste en una conducción que, partiendo de la balsa, discurrirá por un corto tramo en canal, para entrar más adelante en un túnel a lo largo de 7.500 metros. Este túnel desaguará en un cuenco amortiguador que finalizará en un canal. Y éste, a su vez, conducirá el agua hasta el mar.
Según ha recordado, en julio de 2011 la Sociedad Estatal Acuamed adjudicó el contrato de ingeniería destinado a la redacción del proyecto constructivo del futuro desagüe de la Balsa a la Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por PYCSA Infraestructuras, SL.- ZOFRE S.L.P., por un importe de 518.390 euros y un plazo de 12 meses para terminar la redacción del proyecto y poner en marcha su tramitación ambiental.
Por otro lado, Díaz Trillo ha afirmado que desde 2005 la Administración ambiental ha invertido en actuaciones para la seguridad y defensa del núcleo ejidense de Las Norias de Daza, así como para la regeneración medioambiental de la Balsa del Sapo, más de 7 millones de euros. Así, se han ejecutado dos obras de emergencia para dotar de un sistema de bombeo para bajar los niveles de las balsas invirtiendo más de 2 millones de euros en el mantenimiento de estos sistemas de bombeo.
La Balsa del Sapo se localiza dentro del municipio de El Ejido, en el Poniente almeriense. La balsa, de origen artificial, está formada por dos vasos separados por un camino y rodeadas de parcelas dedicadas a la horticultura al este, norte y oeste, mientras que al sur existe un núcleo habitado, Las Norias.
La formación de esta balsa tiene su origen las intensas excavaciones que se realizaron en la zona, entonces seca, para la obtención de materiales para los invernaderos. Esta actividad propició la aparición de dos profundas depresiones. Más adelante, debido al deterioro de la calidad de las aguas de los acuíferos, se abandonó su explotación, por lo que los niveles freáticos se recuperaron, alcanzando sus cotas normales.
En las zonas intensamente excavadas, al ser los niveles del terreno inferiores a los freáticos el agua afloró, generando las actuales balsas, que tienen una superficie de 150 hectáreas, una cota actual de 27 metros sobre el nivel del mar y un volumen de agua acumulado de 0,7 hm3. Debido a la ausencia de un desagüe natural, en épocas de lluvias intensas se producen inundaciones en las explotaciones agrícolas –invernaderos– y núcleos urbanos cercanos.