La decisión que más condiciona el consumo de gasóleo en una explotación agrícola, es la selección de los cultivos, así como las operaciones agrícolas a desarrollar en cada uno de ellos.
Una vez tomada esta decisión, la selección y adaptación de la maquinaria a los trabajos previstos, y su ejecución, puede modificar notablemente dichos consumos.
Primero se ha de determinar el número de tractores necesarios, la potencia de cada uno de ellos y el equipamiento básico que deben tener en función de su dedicación, dimensionando correctamente el parque de maquinaria de cada explotación agrícola.
A partir de la labor más exigente, que generalmente suele ser el laboreo del terreno, se ha de determinar la potencia del único tractor en explotaciones pequeñas o del más potente en aquellas que necesitan varios.
El gasóleo consumido en agricultura es variable, dependiendo de la actividad que se desarrolla en cada explotación, No obstante, la máquina automotriz que más combustible consume es el tractor. El 65% del total del gasóleo de una explotación media, es consumido por el tractor.
Controlar el consumo del tractor en las distintas labores agrícolas y sus opciones posibles es el objetivo principal de una planificación de ahorro y uso eficiente del combustible en cada explotación agrícola.
La estructura de la explotación (superficie cultivada, tamaño y concentración de las parcelas de cultivo), la sucesión de los cultivos, los trabajos a realizar en cada uno de ellos y los tipos de suelos, son factores que influyen mucho en el consumo de combustible utilizado. Así se deben comparar opciones diferentes para lograr unas medidas reales de ahorro de combustible.
Reglas clave para el ahorro de combustible en tractores agrícolas
1.- Seleccionar el tipo y el número de trabajos agrícolas a desarrollar en los cultivos; simplificando en lo posible las operaciones de cultivo, asociando labores.
2.- Elegir el tractor adecuado para el trabajo que debe realizar. En un tractor polivalente: La reserva de par debe ser al menos del 20% y la reserva de régimen debe ser superior a 800 revoluciones / minuto.
3.- Utilizar máquinas y aperos apropiados y en buen estado, correctamente regulados con el tractor.
4.- Elegir los neumáticos, con adecuadas presiones de inflado, y lastrar el tractor en función de las operaciones previstas.
5.- Seleccionar el régimen de funcionamiento del motor para que trabaje en zonas de bajo consumo.
6.- Utilizar adecuadamente los dispositivos de control de que dispone el tractor para los diferentes tipos de trabajo. Por ejemplo: Utilizar el bloqueo del diferencial, sobre todo para trabajos de campo pesados y con suelos blandos. Utilizar la doble tracción.
7.- Utilizar las posiciones de la toma de fuerza económica para trabajos ligeros; cuando la máquina que se ha de accionar con el tractor demanda poca potencia.
8.- Realizar un adecuado mantenimiento del tractor. Muy importante: mantener la limpieza del filtro del aire y del gasóleo, controlar y regular el circuito de combustible, y utilizar lubricantes apropiados.
9.- Evitar realizar las operaciones agrícolas en condiciones desfavorables del suelo, el producto, el cultivo o la meteorología. (Ejemplo: el suelo húmedo demanda mayor potencia).