Agricultores regalan sus hortalizas en protesta por los precios que reciben

En los aledaños del Estadio Antonio Peroles, en el municipio de Roquetas de Mar, se concentraron ayer, a media mañana, un grupo de agricultores hartos de recibir precios irrisorios por los productos hortofrutícolas que cultivan. Cargados de pepinos y calabacines llegaron varios camiones con el fin de llevar a cabo una protesta. «Nos está costando el dinero cultivar los productos» o «estamos cansados de que año tras año ocurra lo mismo sin que nadie mire por nosotros», fueron algunos de los mensajes que intercambiaron allí los presentes. Una única pancarta colocaron en uno de los vehículos, en la que se pudo leer ‘Nadie trabaja pagando’. Cabe recordar que los agricultores que producen pepino llevan más de un mes recibiendo alrededor de 0,20 euros por un kilo de producto. Pero la situación en cuanto a cotizaciones en el resto de hortalizas no está siendo lo que se espera en este campo. En los últimos días, el calabacín está atravesando también un momento complicado, como explicaron estos agricultores, rondando los 0,30 euros en los primeros días de la actual semana.

Fue la primera concentración de estos más de sesenta agricultores que acudieron a la convocatoria lanzada a través de una conocida red social, y posteriormente alimentada a través de whatsApp. Pero no será la única. Y es que, la repetirán el próximo jueves, tal y como acordaron al finalizar la ‘ronda’ de repartos gratuitos que posteriormente realizaron, así como alguna que otra tirada de producto por las calles de Roquetas de Mar, mientras hacían sonar el claxon de sus vehículos para que la gente se percatara de lo que estaban haciendo, de lo que piden, de lo que necesitan para seguir manteniendo a flote su explotación, que no es otra cosa que se les pague dignamente por el trabajo que hacen, por generar alimentos saludables, por dar empleo y sumar riqueza a esta provincia de Almería.

En la convocatoria animaron a abstenerse a organizaciones agrarias, sindicatos, asociaciones y políticos de participar en el acto cuyos protagonistas fueron íntegramente agricultores.

La segunda protesta, la de la semana que viene, promete ser más organizada. Y no es que esta no lo fuera, sino que actuaron sobre la marcha. Eso sí, con una planificación previa en el punto de encuentro. Tras detallar el plan lo siguieron al ‘dedillo’. Primero se dirigieron a una empresa hortofrutícola en la que se comercializa mediante subasta, cercana al punto de partida, para tratar de animar a otros agricultores a unirse a su causa. Fue aquí donde se gestó algún desencuentro con ‘colegas’ profesión no muy dados, por sus palabras, a actos reivindicativos y de protesta, al considerar, como dijo uno de ellos, «que no vale para nada».

Allí se puso de manifiesto, como lamentó uno de los profesionales que participaron, la falta de unión de los agricultores. Mientras unos estaban dispuestos a desprenderse de sus productos, otros preferían vender sus pepinos a pesar de que el precio que reciben no cubre los costes de producción.

La protesta, entonces, se dirigió al centro de Roquetas de Mar, y después de colapsar algo el tráfico y hacer bastante ruido, llegaron a la puerta de uno de los centros ‘discount’ de un conocido supermercado. Allí, repartieron gratuitamente sus productos entre los ciudadanos que se acercaron a comprar al establecimiento y entre los que, simplemente, pasaron por allí. Durante este reparto, los productores explicaron a la ciudadanía la situación que atraviesan, viéndose obligados a «prácticamente regalar el producto mientras que son otros los que se llevan los beneficios».

Tras esta ‘distribución gratuita’ se desplazaron a otro conocido centro de un supermercado nacional ubicado en Roquetas para terminar de ofrecer gratis a los roqueteros sus productos.

Hay mucho hastío entre los agricultores. Pero como en el ámbito empresarial, falta unión. Este grupo de profesionales no se rinden y ya preparan una nueva protesta para el próximo jueves. Esperan que los agricultores almerienses se animen y se unan a la causa para defender con ahínco lo que es suyo, que no es otra cosa que un precio justo por el producto que cultivan en sus invernaderos. El deseo de todos es esa unión que echan en falta.

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