“Un gran porcentaje de exportaciones hortofrutícolas almerienses peligra con el Brexit”

El próximo 29 de marzo es la fecha fijada para la salida de Reino Unido de la Unión Europea, de la que es miembro desde 1973, hace más de 40 años. El acuerdo firmado por la Comisión Europea y el Gobierno de Londres no lo ha aprobado a su vez el Parlamento Británico, abocando al país a un proceso de escisión Brexit duro.

En este contexto de desconocimiento e inseguridad generalizados, para empresas y ciudadanos, Deloitte Legal ha celebrado hoy, en el Parque Científico-Tecnológico de Almería (PITA), una jornada centrada en el ‘Comercio Exterior y efectos del Brexit: ¿vuelta al proteccionismo?’. Para despejar todas las dudas relacionas con este proceso en ciernes, Eduardo Queipo de Llano, socio responsable de Fiscal en Andalucía Oriental; Pablo Renieblas, director de Deloitte Legal experto en Aduanas, Impuestos Especiales y Medioambientales; y Juan Manuel García-Rojas, asociado senior, expusieron las líneas generales de la jornada y hablaron sobre los efectos fiscales que el creciente proteccionismo de Estados Unidos y Reino Unido tendrá sobre el comercio exterior y el negocio de las empresas españolas más allá de nuestras fronteras.

Un proceso lento y sin fácil solución

“Las empresas comenzaron a internacionalizarse para superar la crisis económica y el Brexit ha puesto en peligro un mercado clave como es el Reino Unido”, afirmó Pablo. “En este contexto, aquellas empresas más afectadas serán probablemente aquellas que fabrican en diferentes países y que se han visto obligadas a cambiar su cadena logística de producción por completo previendo la salida de los británicos del circuito. A menos de 20 días, aún no se sabe qué va a pasar”.

Así, “los últimos acuerdos comerciales firmados por la Unión Europea –Canadá y Japón- han tardado en cerrarse cinco o seis años. Esto ha sido excepcionalmente rápido. No se firmará un acuerdo similar con Reino Unido en año y medio, como se dice en los medios de comunicación. Es muy difícil que pase, la mayoría de expertos señala que no pasará”, añadió Pablo.

En clave nacional en general, y andaluza en particular, “probablemente el sector hortofrutícola, de gran peso aquí en Almería, y el vinícola, se encontrarán también entre los más afectados. Muchas empresas tienen en Reino Unido el 50% de su mercado, y éste peligra”, añadió.

Asimismo, Eduardo Queipo de Llano y Juan Manuel García Rojas, analizaron los posibles impactos que va a provocar la salida de Gran Bretaña en la fiscalidad, a nivel de impuestos directos, indirectos y aduanas, de la empresa española.

Necesidad de un cambio en política fiscal empresarial

“Las empresas que comercian con Reino Unido deben realizar un análisis interno sobre los efectos del Brexit desde todas las perspectivas, porque de lo contrario, podrían no estar preparadas para afrontar de manera eficiente un Brexit duro”, expuso Juan Manuel.

Para Eduardo, “poder seguir operando en el mercado británico tras un Brexit duro, probablemente implique la necesidad de establecerse a efectos del IVA en Reino Unido. Debe tenerse en cuenta, por tanto, que dicho proceso podría durar más de tres meses, por lo que, según qué sector, una mala planificación dejaría a la empresa española fuera del mercado”.

A la búsqueda de nuevos mercados

Las empresas españolas, siendo conscientes de la gravedad de la situación, deben ampliar sus horizontes comerciales y diversificar. Para ello, Perú o Chile, “son países sudamericanos con un potencial espectacular para exportar productos españoles”, continúa Pablo. “Sus aduanas presentan unas condiciones excepcionales, al contrario de lo que ocurre en grandes países como Argentina o Colombia, con altos niveles de corrupción aduanera”. En el otro lado del espectro, Brasil es indiscutiblemente el país con la más compleja normativa comercial y fiscal a nivel mundial.

Asimismo, “Rusia y Turquía presentan grandes oportunidades comerciales para países europeos, pero la Unión no se fía de Moscú. Turquía, a su vez, se ha hartado de esperar a Europa y se está alineando con el eje ruso, donde ve más facilidades para hacer negocio”. En este sentido, África es “un mercado en el que queda mucho recorrido comercial, pero la falta de infraestructuras en el continente dificulta mucho las relaciones comerciales”.

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