Ceres lanza una campaña para acabar con la I+D y el cultivo de transgénicos

La asociación de mujeres rurales Ceres, con la colaboración de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (Coag) y el Instituto Andaluz de la Mujer de la Junta de Andalucía, desarrolla una campaña informativa dirigida a los consumidores en contra de la investigación y cultivo de transgénicos. Esta acción, que se lleva a cabo en todo el territorio de Andalucía, de la mano de las mujeres de Ceres, tuvo lugar el viernes en la capital almeriense, frente a la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía en Almería, donde asociadas de Ceres y miembros de Coag, se acercaron a los consumidores para informarles de los perjuicios que conlleva el consumo de transgénicos. En el acto repartieron frutas y hortalizas cultivadas en Almería, como referencia de la excelencia y la calidad, grupo de alimentos libre de transgénicos (OGM).

De esta forma Ceres, apoyada por Coag lidera una campaña que tiene como objetivo que se erradique el cultivo de transgénicos, así como la utilización de centros de investigación ubicados en España en los que se trabaja con este tipo de modificaciones genéticas en las semillas. Desde Coag están totalmente en contra, porque perjudica a la salud. Así, bajo el lema, ‘Infórmate y decide: ¿Qué son los Transgénico?’, se está desarrollando esta campaña de información y sensibilización sobre las repercusiones negativas medioambientales, económicas y sociales de los OGM.

Con ella, como explicó Dori Luque, presidenta de Ceres Almería, se pretende que el Gobierno español se comprometa a que «España sea un país libre de transgénicos como sucede en el resto de los países de la Unión Europea donde los producto modificados genéticamente están restringidos o prohibidos, ya que solo en Austria o Alemania está permitida la investigación sobre estos productos, pero tampoco su cultivo». Luque recordó que «lamentablemente en comunidades autónomas como Andalucía, Aragón o Cataluña se está produciendo maíz, algodón y patatas transgénicas aunque no para consumo humano».
La presidenta de Ceres Almería manifestó sobre los transgénicos que no está comprobado que tenga ningún beneficio medioambiental o para la salud, sino que únicamente beneficia a grandes multinacionales interesadas en controlar la alimentación mundial. «Consumir transgénicos conlleva riesgos para la salud ya que no es un producto natural, aunque nos quieran vender lo contrario. Además lleva más pesticidas y agroquímicos por lo que es perjudicial para nuestra salud», comentó Dori Luque.

Desde hace muchos años, aseveró el presidente provincial de Coag Almería, Andrés Góngora, quien estuvo al lado de Ceres informando de la campaña a los consumidores almerienses, «mantenemos una posición nítida en contra de los transgénicos a todos los niveles». Los argumentos que plantea la organización agraria, a juicio de Góngora, «son de peso para que la legislación sobre transgénicos avance en nuestro país tal y como lo ha hecho en países europeos que, además, son destino de nuestros productos agroalimentarios».

El rechazo se debe, entre otros motivos, según explicó el dirigente agrario, «principalmente porque los consumidores centroeuropeos no quieren transgénicos en su mesa». Las fruta y hortalizas son hoy por hoy los productos garantizados como no transgénicos ya que hay una legislación a nivel comunitario sobre su prohibición. Pero, dijo Góngora, «nosotros lo que queremos es erradicar la producción de transgénicos en todos los alimentos que se generan en el campo. En España, desgraciadamente, se está fomentando, sobre todo en maíz, algodón y patata. «Nos preocupa no conocer dónde está ubicados los centros de Monsanto o Syngenta donde se están llevando a cabo los ensayos de transgénicos, y no lo sabemos porque el Ministerio de Agricultura no nos quiere informar y ayuda a estas grandes multinacionales con mucho poder a ocultar estas pruebas. Ni el sector ni los consumidores sabemos realmente qué se está haciendo y corremos el riesgo de que exista alguna contaminación de transgénicos en productos que puede venir derivada, sobre todo, del polen». Además los OGM «no aportan mejoras y garantías, ni para el productor ni para el consumidor».

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